Cientos de personas se congregaron en la parroquia San Cayetano, ubicada en Buenos Aires y Riobamba, para celebrar el día de San Expedito, como cada 19 de abril. Desde allí se realizó una procesión hacia la plaza López, en Pellegrini y Buenos Aires.

Desde las primeras horas del día, los fieles se acercaron para pedir y agradecer al patrono de las causas justas y urgentes y participar de la misa que se desarrolló en la capilla. Además, en el lugar se ubicaron vendedores ambulantes para ofrecer estampitas y símbolos del patrono.

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Mario, un colaborador de la parroquia comentó a Conclusión: «Hay personas muy devotas de San Expedito porque lo que piden se cumple». “La parroquia estaba llena, mucha gente acudió a la procesión”, contó el hombre sobre la especial jornada.

Por su parte, los fieles destacaron: «A mí San Expedito me ayudó mucho. Para mí es todo. Vine a pedir por trabajo, salud, por la familia. San Expedito te ayuda».

Una mujer confesó: «Hoy me cumplió un deseo. No tenía nada en el bolsillo, le pedía a gente que me preste hasta el sábado y no conseguía, y finalmente conseguí. San Expedito es muy milagroso». «Años atrás antes de la pandemia no se podía ni pasar, ahora no hay tanta gente por la pandemia», dijo sobre la celebración.

 

 

¿Por qué se celebra?

Expedito nació en el siglo III (se desconoce su lugar de nacimiento, que podría haber sido Armenia) y tuvo una carrera militar. Según cuentan los que estudiaron al santo, este fue comandante de la XII Legiones romanas a las órdenes del Emperador Diocleciano. Esta legión también llevaba el nombre de Fulminante, debido a una hazaña bélica que la volvió célebre.

La principal misión de estos soldados, apostados en lo que hoy es Turquía, era defender el territorio romano del ataque de los hunos. En medio de su tarea, Expedito comenzó a tener cada vez más devoción por la fe cristiana, y tras algunas dudas finalmente decidió convertirse.

Según cuenta la tradición, ante su decisión, un cuervo apareció frente a él y le dijo «Cras», que en latín significa «mañana». Sin embargo, Expedito le respondió «Hodie», es decir, «hoy», haciendo referencia a que no dejaría pasar más tiempo para adoptar el cristianismo.

Tras esto, Expedito decidió predicar su fe a toda su tropa y a defender a todos los cristianos que eran enviados a los circos a luchar contra leones y ser devorados por ellos, lo que despertó la ira del Emperador Diocleciano, que dio la orden de matarlo.

Finalmente, tras interrogarlo por varios días, el 19 de abril del año 303, Expedito fue decapitado en Melitene, sede de una de las Provincias Romanas en Armenia, junto con sus compañeros de milicia Caio, Galatas, Hermogenes, Aristonico y Rufo.