Bajaron las temperaturas, se redujo un poco la humedad, pero los mosquitos aparentemente, no se enteraron. En Rosario al igual que en otras ciudades, el insecto sigue presente, pero con una particularidad: es más molesto, pica más y se mueve en grupo.

A cualquier hora y en cualquier lugar, uno puede verse enmarañado en un nubarrón de mosquitos que si bien no transmite enfermedades como el Aedes aegypti, (insecto transmisor del virus del dengue) pica y mucho. Estamos hablando de la especie Culex, también conocido como “mosquito charquero”.

El Culex se reproduce con bajas temperaturas y altos niveles de humedad, lo que explicaría la aún preponderancia del insecto en toda la región.

“Para que esta especie desaparezca las temperaturas deberían ser más bajas y sostenidas en el tiempo. Que tengamos dos o tres mañanas frescas y el resto del día estén cercanos a los 20 grados no es suficiente. Es más, yo diría que resiste más las bajas temperaturas que las altas. Si tuviéramos temperaturas por encima de 30 grados, que es lo que hace habitualmente en el mes de enero, probablemente no tendríamos al Culex”, explicó el Director de Vectores de la Municipalidad de Rosario, Carlos Tasinato.

Asimismo, aclaró que, pese a la invasión de “charqueros”, los casos de dengue bajaron notablemente con la desaparición temporal del Aedes aegypti.

“Son mosquitos que se han introducido en la ciudad pero son de carácter rural porque están habituados a crecer alimentándose de animales y es por eso que la picadura suele sentirse más ya que tienen un aparato bucal mucho más robusto”, detalló y remarcó que, a diferencia de los otras especies, este, deposita sus huevos en zonas barrosas.

Consultado sobre cuándo desaparecerán, el especialista aseguró que “es fundamental” el comportamiento de la temperatura y la humedad. “Si cambian las condiciones, el moquito desaparece”, remarcó.

Un consejo: “Paciencia y repelente».