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En un clima de controversia pública (pero distención en términos generales) el Concejo Municipal de Rosario aprobó este miércoles en una “sesión especial” una serie de proyectos enviados por el intendente Pablo Javkin para “revitalizar área central” en el Casco Histórico.

Si bien Rosario muestra fuertes déficits barriales, tanto en vivienda como en infraestructura, también es cierto que de un tiempo a esta parte esa icónica zona de la ciudad evidencia un deterioro que no puede ser del todo atribuido a la pandemia -es anterior- y responde a una mezcla entre desatención estatal y dinámicas socio-habitacionales.

Básicamente, los proyectos aprobados definen la modificación de las alturas máximas permitidas en calle Maipú; la implementación de algunos cambios y reconversiones en el uso de playas de estacionamiento; cambios en calle San Juan y el visto bueno para desarrollar un “reordenamiento urbanístico” en el centro.

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Si bien alcanzaron los votos necesarios para convertirse en ordenanzas (por mayoría reglamentaria), hubo concejales que cuestionaron las iniciativas al asegurar que fomentan la construcción, pero no facilitan el alquiler o la compra de inmuebles por parte de la ciudadanía, por lo que temen que sólo sumen a la especulación inmobiliaria.

La presidenta del Concejo Municipal de Rosario, María Eugenia Schmuck, durante la sesión especial de este miércoles

Esto significó una novedad en términos políticos, ya que la votación rompió algunas de las alianzas que el oficialismo supo tejer en el Palacio Vasallo, al no aceptar incorporar propuestas por ejemplo del bloque de Ciudad Futura, que ha acompañado al oficialismo en varias iniciativas desde que María Eugenia Schmuck, lugarteniente de Javkin, preside el cuerpo.

“Oficialismo sin voluntad”

Al respecto, la concejala de Ciudad Futura Caren Tepp detalló ante Conclusión que este bloque no acompañó las propuestas presentadas por la Intendencia porque consideran que “no se trata de una revitalización del centro sino de una modificación de normas urbanísticas que apuntan a fomentar la construcción de edificios en el área central”.

“No nos negamos a repensar algunos indicadores urbanísticos e incluso los índices de edificalidad, pero eso tiene que ir acompañado de la pregunta de para quiénes van a ser construidas todas esas viviendas y cómo hacemos desde el Estado para facilitar y democratizar el acceso de distintos sectores sociales a esos inmuebles, ya sea vía alquiler público o crédito público para el acceso a la compra”, contempló la edila.

Asimismo, sostuvo que cuando estas iniciativas se debatieron en las comisiones del Concejo, “no hubo voluntad del oficialismo” para incorporar las propuestas impulsadas por Ciudad Futura, las cuales buscaban más facilidades para acceder a una vivienda en el centro de la ciudad.

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En esta línea, Tepp pidió que la Municipalidad brinde alternativas para cortar la relación de dependencia que aquellos ciudadanos que alquilan una vivienda tienen con las inmobiliarias y aseguró: “La realidad es que solo con llevar más cemento al centro no vamos a revitalizarlo”.

“El centro necesita un plan estratégico. Si queremos revitalizar el centro, el Estado Municipal tiene que comprometerse a que eso que se construya no sea un bien especulativo o de ahorro para quienes pueden hacerlo, algo que no tiene nada que ver con el acceso a la vivienda”, concluyó la concejala.

“Experiencia negativa”

A su turno, el edil justicialista Eduardo Toniolli consideró que “lo que el Ejecutivo ha dado en llamar ‘plan de revitalización del centro’ ni siquiera es un plan de desarrollo urbanístico sino exclusivamente un paquete de beneficios para desarrolladores inmobiliarios”.

“Esto no es ni malo ni bueno per se, pero termina siendo malo porque se incorpora una serie de catalogaciones de edificios de alto valor patrimonial, que a partir de ahora pasan a poder ser demolidos sin ningún tipo de contemplación”, amplió.

En esa línea, el concejal del bloque del Frente de Todos recordó que en la ciudad “hemos tenido una experiencia altamente negativa, hace muchas décadas, cuando se dio la demolición de edificios de alto valor patrimonial en (bulevar) Oroño, perdiendo una parte importante de la historia fundacional de Rosario.

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Además, Toniolli planteó otra objeción que hicieron desde su espacio, en particular a la promoción de “una serie de mecanismos para la presentación de proyectos edilicios en zonas de reservas instaladas en las playas de estacionamiento, en una serie de playas de estacionamiento del casco histórico, donde se generan mecanismos que hacen de alguna manera que el Concejo abandone parte de sus potestades, o las traslade en beneficio del Ejecutivo municipal”.

“Esto vulnera el debate democrático y la participación de este cuerpo y de la sociedad cuando se traten iniciativas que puedan traer perjuicio a vecinos de esas zonas”, completó.

“No es la panacea, pero…”

En tanto, el concejal del bloque Cambiemos, Roy López Molina, sostuvo que apoyó las iniciativas ya que a pesar de que son “insuficientes” y “no alcanzan”, el acompañamiento de su espacio “tiene que ver con potenciar el microcentro de la ciudad, la zona de las peatonales que nadie va a dudar que es una zona que se ha ido deteriorando con el paso del tiempo, el cierre de negocios y la pérdida de ese espacio donde los rosarinos iban a caminar, no solo a hacer compras sino también a encontrarse con amigos o familia”.

En ese sentido, el edil explicó que “todas las ciudades en el mundo han sufrido procesos de abandono de su casco histórico, porque las tendencias hacen que se busque tranquilidad en periferias, en nuevas zonas promovidas” pero que “de manera contraria ha ocurrido con peatonales”.

No obstante, López Molina sostuvo que “esto no se puede analizar sin contexto” ya que “Argentina vive hace mucho tiempo un escenario de alta inflación, de poco o nulo crédito inmobiliario, de poca inversión publica, Rosario además esta atravesada (y particularmente en esa zona) por la inseguridad”.

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Estos cuatro proyectos que acompañamos son un primer paso. No es la panacea, no es una solución mágica, no necesariamente garantizan que la gente quiera ir a vivir al centro de acá a cinco u ocho años, pero al menos modifican algunos indicadores urbanísticos, qué es lo que se puede construir y de qué manera en ese lugar, algo que puede hacer más interesante la inversión inmobiliaria y a partir de allí el traslado de muchas personas a vivir en una zona que no es atractiva para vivienda particular hoy día. Pero es solamente una base, no hay que generar sobre expectativa, depende de muchos otros factores que exceden a lo que puede ser una ordenanza que modifica normas urbanísticas”, se explayó.

El referente del Pro rosarino contó que desde Cambiemos le expresaron al intendente que estas medidas “no alcanzan” y que es necesario “buscar otras buenas experiencias donde el sector público se puso al frente de la recuperación de estas zonas deprimidas”, al ejemplificar lo hecho en Bilbao o en la zona de Parque Patricios (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) a partir de “distritos tecnológicos”.

“No alcanza con establecer algunas reglas y después dejar que el privado invierta en función de esas nuevas reglas. Uno puede coincidir en eso con quienes votaron en contra, es insuficiente, ahora de insuficiente a rechazar la idea me parece que es demasiado. Aun cuando no sea lo mejor que podamos conseguir y esa responsabilidad de la Municipalidad, de mejorar.  En Rosario han faltado incentivos para que el que quiera invertir encuentre en la Municipalidad un ‘socio’ para tirar paredes (en términos futbolísticos), esto de poner a lo público como adversario de lo privado es un error que Argentina arrastra hace mucho tiempo”, finalizó.