Las bibliotecas populares de Santa Fe reclaman que se revea el recorte en el Presupuesto 2019 para el área de cultura, que repercute en los establecimientos de todo el país. Este ajuste afecta a 25 bibliotecas populares de Rosario, y a 210 en total en toda la provincia.

El presupuesto para Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) -organismo se encarga de destinar los recursos de Nación a las bibliotecas populares de todo el país- para 2019 pasará de 150 millones de pesos a 110 millones, es decir una reducción del 26%.

A este ajuste hay que sumarle la inflación, por lo que el dinero no solamente será menor, sino que se podrán cubrir menos gastos.

Ante la situación “acuciante” que viven las bibliotecas populares, la Federación de Bibliotecas Populares de Santa Fe y la Asociación de Bibliotecas Populares de Rosario manifestaron su “total rechazo a la brutal reducción” en el monto asignado a las políticas culturales en el Presupuesto nacional 2019.

En este sentido, las entidades solicitaron a los legisladores que modifiquen el presupuesto con el fin de no perjudicar al área de la cultura.

Además de los ajustes en otras áreas del Estado, el presupuesto para el año que viene hace mella en la cultura. “Nos preocupa por las bibliotecas populares, pero también por la cultura en general. La política es una disminución muy importante en esa área”, afirmó a Conclusión María Luisa Carletti, titular de la Asociación de Bibliotecas Populares de Rosario.

“Cuando el Ministerio pasó a ser Secretaría sabíamos que eso implicaba un recorte, y eso ya está plasmado en cifras”, apuntó a Conclusión Iván Cotica, integrante de la Bibilioteca Vigil, miembro de la Asociación de Bibliotecas Populares de Rosario y de la Federación santafesina.

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Mucha burocracia

Por otro lado, la entidad suma un reclamo a la provincia que tiene que ver con una cuestión burocrática. El pedido va dirigido a la Inspección General de Personas Jurídicas de Santa Fe, organismo adonde las bibliotecas populares deben anotarse con el fin de poder acceder a los subsidios que brinda la Provincia (ley 10.572).

“Reconocemos la iniciativa expresada por el gobernador Lifschitz en el decreto 2249 y le solicitamos su inmediata implementación”, consignaron las entidades.

Ese proceso de inscripción, según comenta Cotica, es “lento y complicado”. Y “se gasta dinero y tiempo”, que demoran la obtención de los recursos. Hoy, el gobierno de la provincia flexibilizó este requisito para casos puntuales, pero esto aún no fue implementado.

Las bibliotecas populares reciben dos subsidios de Nación por año: uno para compra de libros por unos 30 mil pesos, y otro para gastos corrientes de aproximadamente  70 mil pesos,  dependiendo de la categoría de la biblioteca. La cifra es “interesante” pero “no acompaña la inflación”, señaló Cotica.

Mientras que por parte de la Provincia, los subsidios representan 65 mil pesos para cada biblioteca por año.

“Es una situación sistemática que se ha ido agravando”, dijo el integrante de La Vigil. “Cada vez es menor el apoyo del Estado, principalmente del nacional por los recortes. Y aparte por una cuestión burocrática es difícil acceder. Esto no permite dedicarse a lo que tiene que hacer una biblioteca popular que es acercar el mundo de la lectura y de la información a la comunidad”, remarcó Cotica.

“En cada barrio cumplimos nuestras funciones, la mayoría de los que trabajamos allí somos voluntarios”, indicó Carletti. “Tanto las bibliotecas populares, como los clubes y los centros de jubilados son lugares de contención en el barrio en estos momentos difíciles”, cerró.