Por Gisela Gentile

Lamentablemente las barriadas rosarinas se encuentran olvidadas y presas de diferentes disputas territoriales en torno a la venta de drogas. Este camino tan complejo y lleno de aristas, solo deja en claro la enorme desigualdad y vulnerabilidad a las que se expone a muchos  vecinos que no saben cómo reaccionar ante determinadas situaciones.

Hace unos días se plantó en la vías ubicadas en Crespo y Cagancha una barrera que hace las veces de barricada y que separa barrio Alvear de Acindar. Conclusión dialogó con vecinos de ambos lugares con el fin de conocer que ha sucedido para que algunos tomen semejante decisión.

La vecina de barrio Acindar que prefirió guardar su identidad comentó: “Hace tres días, jóvenes del  barrio Alvear presos de la vulnerabilidad y de muchas otras cosas, colocaron en la vía una especie de barricada. De esa manera quedaron ambos sectores bien divididos, lamentablemente son dos barrios que están muy separados desde hace tiempo. Las vías del ferrocarril han sido tomadas y desde barrio Acindar muchos vecinos han generado allí mucha estigmatización”.

En cuanto a lo que han colocado en el lugar, la vecina agregó, “puedo decirte que es una barrera muy bien soldada y pintada como simulando que es del ferrocarril. El mayor problema radica en que el único acceso que tenemos nosotros del barrio Acindar para pasar es la vía. Dejaron una pequeña brecha para poder circular caminando de costado. De más está decir que no pasan bicis, motos ni cochecitos”.

“Yo todos los días tengo que pasar para ir a trabajar y en bicicleta no puedo hacerlo más. Según el horario que pases el sector está muy oscuro y al realizar una barricada allí se complica todo”, enfatizó.

Lamentablemente esto es mucho más profundo y va más allá de una barrera, “hace tiempo que estos barrios están muy desunidos, si bien se han querido hacer encuentros, ningunollegó a concretarse. Desde la vecinal de Acindar no se generan espacios para poder encontrarnos con los vecinos de barrio Alvear”, sostuvo.

El despeje de la vía duró muy poco, “el martes vinieron de Control Urbano acompañados de la policía para ver el lugar y este miércoles a la mañana la sacaron. Pero la cuestión está que en media hora los chicos volvieron a ponerla, han roto botellas y picado vidrios para marcar esa separación en la vía. El único acceso al barrio es por Francia, pero al estar cortada de ambas manos por obras, nos queda sólo calle Ovidio Lagos, a diez cuadras, o Avellaneda. O sea para irnos a la civilización, porque esto no lo es ya que estamos muy castigados como barrio, debemos hacer un recorrido gigante”.

“Estamos sitiados y realmente muchas veces siento inseguridad porque me manejo en bicicleta y debo circular por lugares que no conozco tanto y están peligrosos. Y Tener que pasar la vía pisando vidrios ya estamos hablando de otra cosa mucho más seria”, dijo.

“Esto es algo muy complejo y no se están dando cuenta ellos mismos que se están excluyendo. Ojalá pudiéramos pasar libremente para poder abrazarnos como vecinos, esta vía nos desune”, concluyó la vecina.

Una mujer que hace años vive en barrio Alvear también quiso brindar su punto de vista acerca de esta lamentable situación, “estoy muy dolida con todo lo que está sucediendo y lo considero muy grave.  Acá se están jugando cosas en torno a la disputa del territorio. Conozco a muchos de los que comandan esas barritas, pero esto lo hizo alguien que sabe soldar ya que está muy bien hecha”.

“Sucumbir frente a estas limitaciones que indica quien sale y quien entra, nos pone en una situación muy peligrosa que va más allá de delinquir. Allí es donde se debe hacer un trabajo para toda la sociedad en su conjunto sin mirar a quien responde cada uno”, sostuvo.

“No considero que se excluyan porque ellos van y vienen cuando quieren, los que no pueden transitar somos los vecinos rehenes de los propios vecinos y esto genera mucha impotencia. Lo que hay que hacer aquí es un trabajo urgente en abrir ese paso como calle, porque van a venir a sacar la valla y en una hora está puesta de vuelta”.

Para concluir, la señora reflexionó de manera profunda: “La pibada pobre, no tiene muchas opciones. Escasamente terminan la primaria por ende no pueden encontrar trabajo, el ocio, la pobreza, los abandonos, abusos y el hambre,  los llevan a enredarse con ese mundo”.