El 25 de enero de 1997, una banda vinculada a Alfredo Yabrán torturó y mató al reportero gráfico José Luis Cabezas de la revista Noticias, en Pinamar. El empresario postal se suicidó dos años más tarde cuando la policía se aprestaba a detenerlo, acusado de ser el instigador del asesinato. A las 12 del mediodía de este jueves se realizó un «camarazo», en la plaza Pringles, de presidente Roca y Córdoba, impulsado por el Sindicato de Prensa de Rosario y la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina para recordar al fotógrafo.

Un crimen que marcó un antes y un después en la forma de hacer fotoperiodismo, una muerte que conmocionó al país. El homicidio de Cabezas fue cometido en el contexto de una dura disputa política que mantenían el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires Eduardo Duhalde, y Carlos Menem, que ocupaba la jefatura del Estado.

Ambos dirigentes rivalizaban por el liderazgo del Partido Justicialista (PJ) y la sucesión presidencial, en tiempos en que Menem, quien ejercía su segundo mandato, aspiraba a lograr un tercero frente a las aspiraciones del mandatario bonaerense, que pugnaba por llegar a la primera magistratura.

Al conocerse la noticia del asesinato de Cabezas, Duhalde afirmó que le habían «tirado un muerto» para trabar su postulación a la presidencia, y en consecuencia, la puja con Menem se profundizó con el avance de la investigación por el asesinato.

En 1996, el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, había denunciado que Yabrán «lideraba una mafia enquistada en el poder», en una prolongada exposición ante la Cámara de Diputados.

En tanto, Duhalde consideraba que Yabrán era «sospechoso» del crimen de Cabezas, y Menem sostenía en cambio que el dueño de OCA era «sólo un empresario más».

La emblemática foto de Yabrán caminando en la playa fue publicada en la tapa de la revista Noticias en marzo de 1996, y la investigación judicial posterior determinó que el empresario tomó la revelación de su imagen como una afrenta que no estaba dispuesto a perdonar.

Foto Jos Luis Cabezas Gentileza Argra

Después de la publicación, el fotógrafo y su pareja, Cristina Robledo, comenzaron a recibir amenazas telefónicas y un año después, un funcionario cercano a la gestión del entonces intendente de Pinamar, Blas Altieri, le confió a Cabezas que «gente de Yabrán» había indagado sobre la dirección donde se alojaría durante la cobertura de la temporada.

Un mes antes del crimen, el policía de la bonaerense Gustavo Prellezo, condenado como uno de los autores materiales del hecho, se reunió con Yabrán en Buenos Aires, en las oficinas que el empresario tenía en Carlos Pellegrini al 1100.

En esa reunión, «Don Alfredo» le confió que quería «pasar un verano tranquilo sin fotógrafos ni periodistas«, según lo que el oficial declaró luego ante la Justicia.

Michi asegura que el objetivo «de máxima» que tenían ese verano él y Cabezas era entrevistar a Yabrán. En ese marco, el 24 de enero de 1997 ambos concurrieron a una fiesta que ofreció en su casa de Pinamar el empresario Oscar Andreani, donde llegaron en un Ford Fiesta de color blanco.

A las 4 de la madrugada el periodista se retiró y el fotógrafo lo hizo una hora después, en el vehículo en el que se desplazaban.

A la mañana siguiente, el cuerpo de Cabezas apareció adentro del Ford Fiesta quemado con alcohol metílico, en una cava de las afueras de Pinamar.

El cadáver tenía sus manos esposadas y dos proyectiles de un arma calibre 32 alojados en la cavidad craneana.

Camarazo en Rosario

Como cada año y al grito de «¡Cabezas presente! ¡Ahora y siempre!» la ciudad de Rosario recordó una vez más al fotógrafo asesinado. En el emotivo acto se resaltó la necesidad de que exista libertad de expresión.

El encuentro se realizó en la Plaza Pringles y fue impulsado por el Sindicato de Prensa de Rosario y la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina para recordar al fotógrafo.