La realidad supera la ficción. Es que hay relaciones entre amos y mascotas de difícil explicación, pero ninguna de ellas superará la de la mujer que quiere casarse con su perro después de ‘enviudar’ de su anterior marido: un gato.

‘La república independiente de mi casa’, dice un conocido felpudo de IKEA y es la máxima expresión de que cada uno en su casa es libre de aplicar sus propias normas. Elegir frigorífico, sofá, cama, baño, armarios e incluso mascota/marido. Sí, si tienes problemas para encontrar marido y tu mascota es de esas que -parece- te comprende a la perfección, puedes imitar la forma de vida de Dominique Lesbiral.

Esta mujer holandesa de 41 años tiene como primer mandamiento el amor libre, y eso no quiere decir que en su vida sexual reine la promiscuidad. Ella se enamora de quién quiere y cuándo quiere, sin importarle por ello si anda a cuatro patas o acostumbra a orinar en un cajón de arena. Así estuvo casada con su gato Doerack. La relación duró ocho años y llegó a su fin porque el minino sufría una insuficiencia renal por la que fue sacrificado.

Tras esta experiencia tan animal, Dominique tiene nuevo objetivo con la que formar una nueva familia: su perro Travis. Por eso, su intención es contraer de nuevo matrimonio porque «su amor es incondicional y sé que no me fallará». La propia Dominique se encarga de celebrar este tipo de nupcias tan particulares.

Al publicarse su intención, la holandesa reconoce que ha recibido incluso amenazas de muerte a través de las redes sociales.