Bajar muchos kilos en pocos días es posible pero una estrategia agresiva con dietas estrictas no permite cambiar definitivamente los malos hábitos alimenticios, por lo que el «efecto rebote» está a la vuelta de la esquina: ¿Cómo hacer entonces para «llegar bien» de salud al verano?
El invierno está quedando atrás y se vienen las temperaturas elevadas, con la primavera como preámbulo del verano. Por eso, una experta señaló qué es lo mejor para sentirse más a gusto con el estado físico más que con la silueta.
La licenciada en Nutrición Ruth Parra dio algunos «tips» para que nadie se mienta a la hora de intentar perder en forma veloz esos kilos que adquirió en los últimos meses, aunque llamó a no perder las esperanzas.
Según dijo, es habitual que en esta época del año las personas – principalmente mujeres- recurran a dietas estrictas con la idea principal de bajar de peso y llegar «bien» al verano.
Pero la realidad es que al realizar alimentaciones restrictivas con bajo aporte de calorías, escasas en diferentes nutrientes esenciales para el organismo, lo único que se consigue es una pérdida de peso abrupta sin resultados saludables a mediano y largo plazo.
Parra señaló que la finalidad de todo plan de alimentación hipocalórico debe estar pensado con un objetivo que vaya más allá del peso ideal y concuerde con una calidad de vida saludable.
«Hay que modificar estilos de vida nocivos y tratar de alcanzar un peso posible o saludable que pueda ser sostenido a lo largo del tiempo, sin mayores cambios ni sacrificios», explicó la licenciada.
¿Cuánto kilos se pueden perder sin dejar de estar bien? Parra indicó que lo recomendable es bajar entre dos y cuatro kilos por mes, no más porque se puede comprometer al organismo con exigencias límites.
¿Cómo conseguirlo? Para lograr un buen descenso de peso hay que realizar modificaciones en los hábitos alimentarios que permitan mantener el peso alcanzado una vez terminado el tratamiento.
«Cuando el descenso es demasiado rápido lo único que se logra es una reducción de kilos sin grandes cambios en el estilo de vida, lo que ocasiona el tan conocido y poco deseado ‘efecto rebote», explicó Parra.
Y agregó: «Es muy importante que los pacientes comprendan que los tratamientos nutricionales reductores deben ir más allá de la finalidad a corto plazo, sino lograr una mejor calidad de vida que le permite sentirse mejor con el pasar de los años».
El plan de alimentación
La nutricionista indicó que el plan de alimentación no debe apuntar a tener una ingesta cerrada, sin permitidos, porque no es saludable suprimir alimentos y menos cohibirse de uno que otro gusto cada tanto.
«Con un plan de alimentación abierto se educa al paciente para que consuma lo que desee siempre haciendo hincapié en el tamaño de las porciones», explicó Parra y añadió que hay que evitar sí las combinaciones de algunos alimentos que generan un incremento de peso no deseado.
Pero siempre todo plan de alimentación hipocalórica va de la mano de la realización de actividades físicas que permitan quemar calorías y fortalecer los tejidos y músculos que protejan al resto del organismo.
Parra dijo que los ejercicios recomendables para este tipo de tratamientos son aquellos relacionados con trabajo cardiovascular como ser: caminar a un buen ritmo, trotar, andar en bicicleta, patinar o andar en rollers, o hacer aeróbicos con intensidad moderada.
«Por a la época del año en que estamos ingresando se recomienda una buena hidratación en forma permanente», explicó Parra al diario Época, dado que la primavera suele traer elevadas temperaturas ambiente y ni hablar del verano posterior.
¿Qué hacemos con las bebidas alcohólicas? Lo ideal sería no consumir, pero si forma parte del ámbito social del paciente se puede motivar al mismo para que disminuya su consumo a la mitad de lo que es habitual, sostuvo la experta.
«El alcohol aporta calorías, por lo que favorece ampliamente al incremento de peso, y si lo que se pretende es alcanzar un kilaje saludable se sugiere reducir su consumo al mínimo posible para de esta manera lograr mejores resultados», dijo.
