Microsoft lanzó en marzo de 2015 su nuevo navegador llamado «Edge». Esta nueva apuesta del gigante de la computación tiene la consecuencia de el «abandono» paulatino del Internet Explorer, el polpular programa que la compañía utilizó durante años.

A partir de este marte la empresa dejará de entregar soporte técnico a las versiones antiguas de Internet Explorer (8, 9 y 10), lo que significa que los que sigan utilizando el «Explorer»  dispondrían de un navegador «inseguro». Con esta resolución se busca que los usuarios se vean alentados a cambiarse al nuevo software desarrollado por la compañía, y así mejorar la experiencia de navegación entre sus usuarios.

El programa continuará en todas las computadoras que lo utilicen, pero la falta de actualizaciones de seguridad podría poder en un peligro mayor a los usuarios que sigan navegando con estas versiones de Internet Explorer, ya que el programa será más susceptible a malware.

Aquellos que aún no quieran actualizar a Edge; pueden continuar con el soporte a la última versión de Internet Explorer (11), iniciando un proceso de transición para que no existan problemas de compatibilidad en algunas empresas o sitios diseñados preferentemente para este programa.

Si bien existen críticas a Edge, la empresa intenta que la mayor cantidad de usuarios se cambien a esta nueva versión.

Edge es uno de los programas que viene integrado con la actualización al más reciente sistema operativo de Microsoft: Windows 10.