Imagen ilustrativa. 

 

En las próximas semanas, Kernel venderá el primer lote de cascos con función de “lectura mental”, cada uno con un precio de 50.000 dólares. Este tipo de casco puede comprender la función cerebral y el estado mental de las personas hasta cierto punto.

Este tipo de tecnología existe desde hace varios años, pero su infraestructura es muy complicada. Todos son equipos utilizados en la investigación científica. Algunos son del tamaño de una habitación y cuestan varios millones de dólares construir un equipo. El objetivo de Cornell es reducir este tipo de instrumentos para que la gente común pueda usarlo fácilmente. Los cascos que se venderán pesan menos de dos kilos cada uno, y los usuarios pueden caminar al mismo tiempo que los usan.

El casco de lectura mental de la compañía tiene dos series. Según su sitio web, la serie Flow puede “obtener patrones precisos de actividad cerebral”, y los usuarios sólo necesitan un cable USB-C para conectar el casco a la computadora. Otra serie llamada Flux mide la condición en tiempo real de las neuronas, que explican que ayuda a explorar “la excitación, la emoción, la concentración, la memoria y el aprendizaje y otras funciones importantes de los mecanismos precisos subyacentes del cerebro”.

Los dispositivos de la serie Flow también pueden medir cambios en los niveles de oxígeno en sangre. La serie Flux utiliza tecnología de “magnetoencefalografía” para registrar los datos del campo magnético del cerebro. Aún no está claro a qué casco corresponde el precio de 50.000 dólares.

Otras grandes empresas también están desarrollando productos tecnológicos que leen la actividad del cerebro humano, como Neuralink de Elon Musk.

La serie Flow utiliza láseres para iluminar el cráneo y leer las ondas cerebrales, mientras que los productos desarrollados por Neuralink requieren que se implanten chips de computadora en el cerebro. El primero no requiere cirugía, pero la precisión del efecto de medición será menor y también es susceptible a la interferencia de señales electromagnéticas alrededor del usuario.

Bloomberg Businessweek informó que entre los primeros clientes de la empresa están incluidos instituciones de investigación y algunas empresas. Las instituciones de investigación compran estos productos para estudiar el proceso del envejecimiento del cerebro humano, la salud mental, los accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades. Las empresas compran estos productos para explorar las actividades mentales de los consumidores y ayudar a formular estrategias comerciales.

El informe también explaya que el objetivo final del diseñador de cascos, Bryan Johnson, que cumplirá 44 años en agosto de este año, es diseñar un dispositivo de casco como Flow en un producto con un precio similar al de un teléfono inteligente, haciéndolo asequible para cualquier usuario corriente.

Según el informe, Johnson diseñó este producto a partir de su propia comprensión de cómo usar la fuerza de voluntad para ajustar su vida de manera ordenada. Él cree que la fuerza de voluntad es una habilidad importante para cualquier persona, y el primer paso es comprender el patrón de actividad cerebral. Espera que este producto pueda ayudar a la gente a entenderse a sí misma y luego mejorar su control.