Hace pocos días se vio reflejado en el documental “No bajar los brazos”, la historia de los 20 rugbiers desaparecidos durante la última dictadura militar que tuvo su lanzamiento en la pantalla de la RAI, la televisión italiana. Aguardan que pronto pueda ser exhibido en la Argentina por la Televisión Pública.

El director de la película, el romano Marco Silvestri, contó sus vivencias y recordó que la filmación “fue una experiencia fuerte e intensa, dura de sobrellevar” dado que «los testimonios fueron muy sentidos, recuerdos muy íntimos y que nunca se habían animado a contar”.

Las filmaciones, que se hicieron en las instalaciones del Colegio Nacional, el Río de La Plata, el club y la embajada de Italia, abarcaron tres semanas y Silvestri afirma que “fueron a pura emoción, no es fácil abrirse a contar cosas tan sentidas a un desconocido. No es sencillo meterse en la historia por no ser argentino y me tuve que situar en un contexto histórico de lo que había ocurrido”.

Raúl Barandiarán, jugador de aquellos tiempos, narró que “hace unos años se nos ocurrió homenajear espontáneamente a aquellos amigos del rugby desaparecidos, en reivindicación a su lucha revolucionaria”.

“La historia de la película creo que nace a partir de ese acto, que tuvo una gran trascendencia en la prensa. Sorprendió lo del homenaje y la historia de estos muchachos que desaparecieron no por ser deportistas, sino por ser militantes políticos. El rugby y nuestro club se caracterizaron por la solidaridad y todo eso estuvo relacionado”, subrayó Barandiarán.

La idea de transformar esta historia en un documental comenzó a gestarse en el 2012, cuando el director Marco Silvestri llegó a la Argentina en compañía de dos periodistas. Vino al país sin recursos, realizó algunas grabaciones, hasta que consiguió una financiación y en abril del año pasado durante un mes se dedicó a grabarla.

Silvestri aseguró que el montaje terminado, por diversos criterios televisivos, tuvo una extensión de 54 minutos. Fue producida la película por RAI Cinema y Nacne, y como en todo trabajo de este tipo “quedó mucho material sin utilizarse”.

«La difusión que alcanzó todo esto fue impensada y si bien puede haber diferencias de matices la película está bien y cuenta con bastante fidelidad la historia”, manifestó Barandiarán.

“No bajen los brazos”, el nombre de un documental, que está a la espera de poder verse en el país.