Los días 29 de cada mes se renueva la costumbre de comer los ñoquis, y dejar dinero bajo el plato. Tal tradición está muy difundida en el Cono Sur, especialmente en Argentina, Uruguay y Paraguay.

El ritual que acompaña a la comida, de poner dinero bajo el plato, simboliza el deseo de nuevas dádivas, y se hace para (por un pensamiento de «magia contagiosa») poder atraer de esta forma suerte y prosperidad al comensal.

Servir ñoquis los días 29 de cada mes tiene al menos 2 versiones difundidas, aunque también existen otras. El origen italiano nace de una leyenda basada en la historia de San Pantaleón, un joven médico de Nicomedia que, tras convertirse al cristianismo, peregrinó por el norte de Italia.

Allí practicó milagrosas curaciones por las que fue canonizado.

Según cuenta la leyenda, en cierta ocasión en que pidió pan a unos campesinos vénetos, éstos lo invitaron a compartir su pobre mesa. Agradecido, les anunció un año de pesca y cosechas excelentes. Aquel episodio habría ocurrido un 29 de julio y por tal razón se recuerda ese día con una comida sencilla representada por los ñoquis.

Otra versión es que el origen de la costumbre hace referencia a que en esa fecha, al ser uno de los últimos días del mes, las personas de pocos recursos, que cobran a principios de mes su sueldo, no tenían dinero más que para comer lo que estuviera hecho de las materias primas más baratas

Griegos y romanos

Los “gnocci” fueron el primer tipo de masa casera, anteriores a los ravioles y aun a los spaghettis. En efecto, existen, aunque cueste creerlo, desde la época de los griegos y los romanos. En Italia, país donde más se difundió, se los llamaba primero macarrones, pero en la Edad Media pasaron a ser conocidos con su nombre actual, como símbolo de la cocina itálica. Hay quienes consideran que su nombre significa “pelota” ya que, aunque actualmente son más difundidos los realizados con papa, los originales italianos eran pelotitas de harina amasadas con agua. Con el tiempo los ingredientes fueron variando y en la actualidad hay muchas clases de ñoquis: de harina, de pasta, de sémola, de espinaca, etc. Pero en su base siempre está la de ser un alimento económico y sustancioso.