Un juez estadounidense ordenó a Google que entregue al FBI los correos de Gmail de sus usuarios cada vez que le sean solicitados en casos de investigaciones internas por fraude, incluso si los mails están almacenados en servidores fuera de los Estados Unidos. Por su parte, desde Google adelantaron que apelarán la decisión.

«Aunque la recuperación de los datos electrónicos de Google desde sus múltiples centros de datos en el extranjero tiene el potencial para una invasión de privacidad, la infracción real de privacidad se produce en el momento de su divulgación en los Estados Unidos», consideró el juez Thomas Rueter.

«Continuaremos peleando contra estos requerimientos excesivos», afirmó un vocero de la empresa, y señaló que «para mejorar la performance de sus redes» a veces «rompen» los mails, por lo que «a menudo no saben dónde se almacenan».

A comienzos de diciembre pasado el Congreso de Estados Unidos modificó una norma – la «Regla 41» de las Reglas Federales de Procedimiento Penal- que autoriza al FBI a acceder a la computadora de cualquier persona incluso si no está dentro de la jurisdicción del juez que emite la orden.

La norma establece la admisibilidad de las órdenes de registro para descubrir documentos que fueran presentados como pruebas en acusaciones seguidas por el FBI, y autoriza a los jueces a cargo de las causas a ordenar la intervención (hackear) de las computadoras de los investigados cuando esos documentos son digitales.