Doce ex empleados de Facebook, trabajadores todos ellos despedidos entre 2016 y 2018, han revelado bajo condición de anonimato que dentro de la compañía se cultiva el culto a la personalidad de su presidente, Mark Zuckerberg, se suprime la disidencia y se utiliza un severo sistema de evaluación de rendimiento de la plantilla, informó este martes el canal de televisión CNBC.

Los ex empleados explican que dentro de la compañía existe un sistema piramidal en el que los altos cargos toman todas las decisiones de peso, desaconsejándose a los empleados que expresen su desacuerdo con las mismas. Cuando esto sucede, el trabajador en cuestión recibe varias llamadas de advertencia por parte de sus superiores, como sucedió en agosto de 2016, cuando la directiva despidió al equipo editorial después de que parte de sus miembros filtraran a la prensa que se estaban suprimiendo noticias sobre el Partido Demócrata de EE.UU. Esa es una de las razones por la que los trabajadores no suelen expresar su disconformidad con aquellas cuestiones que, en su opinión, no funcionan.

Asimismo, detallan que formar parte de la plantilla de Facebook les impedía mantener un equilibrio entre su vida laboral y personal, pues la compañía valora negativamente el hecho de que sus empleados no asistan a actividades o eventos de la empresa fuera del horario de trabajo.

Además, explican que los trabajadores de Facebook suelen realizar publicaciones en su muro de esta red social acerca de los beneficios de trabajar en la compañía o el impacto positivo que esta tiene en el mundo, hecho que no refleja realmente su estado de satisfacción, ya que —aseguran— «hay mucha gente allí que no está contenta». «Hay una verdadera cultura de ‘Incluso si te sientes un jodido [sic] miserable necesitas actuar como si amases este lugar'», sostiene uno de los ex trabajadores, argumentando que no está bien actuar de este modo, porque Facebook «no es el mejor lugar para trabajar».

Las cloacas de la red social

Los antiguos trabajadores de Facebook revelaron que dentro de la compañía existe un riguroso sistema de evaluación de la actividad de cada empleado. Dos veces al año los trabajadores deben obtener un informe positivo elaborado por al menos cinco de sus compañeros de forma anónima a partir de un sistema de evaluación de su rendimiento —en una escala del 1 al 7—, lo que les obliga a entablar buenas relaciones con sus colegas. «Es como un concurso de popularidad», afirma un gerente que en 2017 dejó de trabajar para la compañía de Zuckerberg. El hecho de recibir una mala calificación por parte de los compañeros condiciona negativamente el resto de futuras evaluaciones, indican.

Según varios ex empleados, este sistema de evaluación interna, que implica que siempre exista un porcentaje fijo de plantilla en riesgo de ser despedido, se ha vuelto más riguroso desde principio de 2017. Asimismo, esta práctica, que se antoja clave a la hora de recibir un ascenso, hace que los trabajadores otorguen a sus colegas un rango más bajo del que realmente se merecen, creando un contexto de rivalidad absoluta. «Me inventaba cosas para ser hipercrítico con los empleados y así darles calificaciones más baja de lo que realmente merecerían», comentó un ex empleado de Facebook.

El gigante de las redes sociales, que se ha negado a pronunciarse sobre estos comentarios, prohíbe a sus trabajadores hablar sobre las funciones que desempeñan durante su tiempo de trabajo dentro de la compañía.

En 2018 las acciones de la compañía cayeron cerca de un 30% debido a los escándalos de la fuga de datos de sus usuarios para tratar de influir en las elecciones presidenciales de EE.UU. de 2016.