De acuerdo con un reporte, emitido por la Administración Atmosférica y Oceánica de E.U.A. (NOAA), por primera vez desde que se comenzó el seguimiento del dióxido carbono en la atmósfera, el promedio global de concentración de éste gas de efecto invernadero sobrepaso las 400 partes por millón (ppm) en Marzo del 2015.
El nuevo récord alcanzado muestra que la quema de combustibles y otras actividades humanas han provocado la elevación de las concentraciones de CO2a 120 partes por millón desde los tiempos pre-industriales, y los investigadores afirman que la mitad de esa elevación ha sucedido de 1980 a la fecha.
El CO2 es un potente gas de efectos invernaderos que provoca calentamiento global al atrapar el calor de la atmósfera terrestre. El aumento de temperatura en un planeta conlleva cambios en los patrones climáticos y los niveles del mar, los cuales resultan en consecuencias devastadores para la vida en la Tierra como la conocemos.
Las ciudades costeras ya trabajan en planes para protegerse en caso de inundaciones y hemos observado el derretimiento del hielo en los polos.
El dióxido de carbono es un gas que se forma de manera natural, pero los humanos estamos agregando más de éste a la atmósfera cada año, como un bioproducto de la vida moderna. Las emisiones CO2 vienen de distintas fuentes, incluyendo la quema de combustibles fósiles (para generar electricidad y dar potencia a medios de transporte como automóviles y aviones) y los procedentes de la agricultura y la producción industrial.
Durante años, científicos han alentado a los legisladores a tomar medidas para reducir los niveles de CO2 en la atmósfera por debajo de 350 ppm. El primer nivel de 400 ppm fue alcanzado en 2013, en un centro de investigación ubicado en Mauna Loa. Desde entonces, la estación ha registrado otros hitos, pero el nivel global se había mantenido por debajo de 400 ppm.
El equipo de la NOOA afirma que es probable que el promedio global se mantenga por encima de 400 ppm en mayo, época del año cuando las concentraciones de CO2 alcanzan su auge debido a los ciclos naturales de las plantas, que a finales de primavera y en verano ayudan a reducir los niveles debido a que utilizan el dióxido de carbono para la fotosíntesis.
