En Australia preocupa la utilización de reconocimiento facial por parte de la policía de ese país en los casos de covid 19, ya que los enfermos deben permanecer en sus casas durante siete días y cuando las autoridades se lo requieren a través de mensajes de texto, deben enviar una selfie que será sometida a análisis de rostro y ubicación por GPS.

Esta situación ha alertado a la sociedad australiana, debido a que la aplicación G2G de la empresa emergente local de tecnología Genvis ha sido utilizada por más de 150.000 personas en el estado desde que se lanzó en septiembre de 2020.

Esto ha hecho que el país se destaque como la única democracia en el mundo en utilizar esta herramienta para controlar el avance del virus.

San Francisco fue la primera ciudad de EE.UU. que introdujo una moratoria contra el uso de reconocimiento facial por parte de la policía en mayo de 2019. Le siguieron rápidamente Oakland, también en California, y Somerville, en Massachusetts.

Amazon, Microsoft, IBM y Google declararon que no venderán sus algoritmos de reconocimiento facial a las fuerzas de seguridad hasta que exista una ley federal.

En noviembre de 2021, Facebook anunció que eliminaría 1.000 millones de «huellas faciales» y dejaría de usar la tecnología para etiquetar a personas en fotos.

La Comisión Australiana de Derechos Humanos pidió una moratoria sobre la tecnología hasta que Australia tenga una ley específica para regular su uso.

Los activistas de derechos humanos dicen que existe la posibilidad de que los datos personales obtenidos se utilicen para fines secundarios, y que es una pendiente resbaladiza hasta convertirse en un Estado de vigilancia.

Grupos como Amnistía Internacional advierten que el uso del reconocimiento facial conduce a la discriminación racial.

«La pandemia creó todas estas nuevas justificaciones para usar la tecnología de reconocimiento facial», señala Mark Andrejevic, profesor de estudios de medios en la Universidad de Monash, en Melbourne, y autor de un libro de próxima publicación titulado «Facial Recognition» (Reconocimiento facial).

«Todo se puso en internet y las organizaciones estaban tratando de hacer que las cosas funcionaran muy rápido. Pero no se pensó en las implicaciones. ¿Queremos vivir en un mundo donde todo está renderizado y no hay espacios privados? Crea un nivel completamente nuevo de estrés que no conduce a una sociedad saludable», asegura.