Tal parece que el Wi Fi, el sistema para conectarse a Internet más utilizado en la actualidad, ya es parte del pasado. Científicos ya descubrieron la forma de acceder a la red global desde dispositivos como las lámparas. Esta tecnología fue denominada por sus creadores como Li Fi y se utiliza a partir de una luz directa para transmitir datos. La sorprendente de esta novedad es que la velocidad de navegación sería cien veces más rápida que el actual Wi Fi. Y no sólo eso, también será más segura, permitirá una mejor protección de los datos que atraviesen por la red. «Es imposible de hackear», afirman sus creadores.

La aventura por el Li-Fi comenzó en 2011, cuando el científico Harold Haas demostró que era capaz de conectarse a la red a través de la luz que emitía una lámpara LED. Haas y otros colegas crearon la empresa Pure LiFi, dedicada no solo a desarrollar la nueva tecnología sino también a mejorar los componentes de la cadena que permite conectarse a la red, que ya venden a algunas empresas y organismos.

«Desde una lámpara en la calle, cualquiera podría estar recibiendo Internet a una velocidad muy superior y un láser invisible puede enviar información hasta 10 kilómetros y llevar la conexión a las zonas más rurales sin necesidad de cables», destacan los creadores.

En México desarrollaron una solución propia. La empresa Sisoft anunció el inicio de la venta de un sistema que permite transmitir audio, video e internet a través del servicio llamado LedCom.

El funcionamiento es el siguiente: la señal de internet llega a un codificador que es conectado a la luz. El codificador lo transforma en parpadeos de luz, y un decodificador interpreta la luz recibida y la envía al dispositivo, ya sea computadora, celular o tablet.

Entre las ventajas de esta nueva tecnología pueden encontrarse que: no produce interferencias, no hay saturación como la red WiFi. Aunque también tiene sus inconvenientes: no atraviesa paredes, sirve para descargar información, no para enviarla.

El sistema funciona como un código morse avanzado. Con sólo instalar un modulador, un LED es capaz, no sólo de dar luz, sino también de transmitir datos. Estos moduladores hacen que la luz se encienda y apague millones de veces por segundo creando los ceros y unos binarios que cifran los datos. El parpadeo es imperceptible para el ojo humano, pero no para unos fotodiodos colocados en los móviles u ordenadores que se encargarán de recoger los cambios de la luz e interpretarlos para convertirlos en información. De esta forma, toda la red de iluminación de una casa se convertiría así en un gran router con múltiples puntos de conexión. Lo mismo podría ocurrir con el alumbrado público.