El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, instó hoy a la Unión Europea (UE) a detener todo «comercio» con Rusia, y especialmente rechazar sus recursos energéticos, situación que, según el Kremlin, afectaría «a todo el mundo».

«Ningún euro para los ocupantes, ciérrenle todas sus puertas, no le envíen sus bienes, rechacen los recursos energéticos», pidió el presidente ucraniano en un video en la mensajería Telegram.

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Sin comercio con ustedes, sin sus empresas y sus bancos, Rusia no tendrá más dinero para esta guerra

Su mensaje coincide con la celebración este lunes de una reunión de ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa de la UE en Bruselas para examinar posibles nuevas sanciones contra Moscú, a 26 días de la invasión rusa.

Los europeos, muy dependientes de los hidrocarburos rusos, excluyeron hasta el momento sancionar a ese sector, muy importante para la economía de Rusia.

«Por favor no patrocinen las armas de guerra de ese país, de Rusia», imploró Zelenski, que se dirigió luego de manera directa a los alemanes: «Ustedes tienen la fuerza, Europa tiene la fuerza», lanzó.

Alemania ha sido criticada por su oposición a un embargo inmediato de hidrocarburos rusos, de los cuales depende mucho.

El Kremlin estimó este lunes que un potencial embargo europeo del petróleo ruso afectaría «a todo el mundo».

«Un embargo así tendría una influencia muy seria en el mercado mundial del petróleo, una influencia negativa en el mercado energético de Europa. Pero los estadounidenses no perderán nada, es evidente, se sentirán mucho mejor que los europeos», dijo Dmitri Peskov, el portavoz de la presidencia rusa.

«Esta es una decisión que afectaría a todo el mundo», añadió en una rueda de prensa.

La UE ya ha adoptado varios paquetes de sanciones desde la ofensiva en Ucrania, apuntando a empresas, bancos, altos funcionarios y oligarcas y prohibiendo la exportación de bienes a Rusia.

El 24 de febrero pasado Rusia lanzó una ofensiva militar en Ucrania bajo la justificación de que el gobierno de Kiev venía cometiendo crímenes contra los habitantes de dos provincias rusoparlantes en la región del Donbass a las que, previamente, Moscú había reconocido como Estados independientes.

El reclamo del Kremlin incluye la violación por parte de Ucrania de los Acuerdos de Paz de Minsk, de 2014 y 2015, que obligaban a Kiev a darle a esas dos ciudades -Lugansk y Donetsk, que en sendos referendos votaron por separarse de Ucrania- autonomía y posibilidades de elegir sus propias autoridades regionales.

Ucrania, en cambio, afirma que con la operación militar Rusia pretende arrasar con la cultura y la historia ucraniana, y derrocar a Zelenski para promover que llegue al poder un dirigente cercano a Moscú.