El grupo EI estrechaba este miércoles su cerco sobre la ciudad de Deir Ezzor, en el este de Siria, donde la población vive aterrorizada tras la muerte de decenas de civiles y el secuestro de 400 habitantes, de los que 270 fueron liberados.

Los combates proseguían por quinto día consecutivo, después de que los yihadistas lanzaran el sábado un gran asalto sobre la ciudad, capital de la provincia epónima rica en petróleo y situada a 450 km al noreste de Damasco.

El EI controla el 60% de Deir Ezzor, donde sobreviven unas 200.000 personas. Los extremistas están apretando el cerco de los barrios todavía en manos de las fuerzas gubernamentales, en el centro, el oeste y el suroeste de la ciudad.

Según la ONU, el 70% de los habitantes de los barrios bajo asedio son mujeres y niños.

«La gente tiene miedo, y la situación se ha vuelto muy complicada», cuenta Attiyeh, un habitante contactado por teléfono.

«La comida escasea, y empezamos a tener problemas con el pan», añade.

El fin de semana, el EI se apoderó de la cercana localidad de Al Baghaliyeh, uno de los principales centros de producción de alimentos de la zona.

Rehenes liberados

«Si cae la ciudad, habrá una masacre», dice Attiyeh, refiriéndose a las informaciones de la prensa oficial sobre el asesinato de 300 civiles el sábado a manos del EI, que ese día lanzó una decena de atentados suicida y tomó por asalto varias posiciones gubernamentales.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) dio cuenta por su lado de 85 civiles muertos en la jornada del sábado.

El asalto y los combates habidos desde entonces han dejado 120 muertos entre las fuerzas del régimen, indicó el martes el OSDH, que cuenta con una amplia red de informantes. Además, añadió la ONG, murieron 70 yihadistas.

Aparte de los civiles asesinados, el grupo yihadista secuestró al menos a 400 el sábado en Al Baghaliyeh y alrededores, indicó el OSDH.

La ONG, con sede en Inglaterra, indicó el miércoles que 270 de ellos, principalmente mujeres, niños y ancianos, fueron liberados el martes tras ser interrogados sobre sus eventuales vínculos con el régimen de Damasco.

El grupo yihadista sigue teniendo en sus manos a 130 civiles, por lo esencial jóvenes y hombres adultos, a los que sigue interrogando, indicó Rami Abdel Rahman, director del OSDH.

 

Temen matanzas

«Tengo miedo de que haya masacres si Daesh (acrónimo en árabe del Estado Islámico) invade el barrio» de Al Jura, en el centro de Deir Ezzor, cuenta a la AFP Ghaleb al Haj Hamdun, un estudiante de 23 años.

Desde hace un año, los yihadistas, que controlan la mayor parte de la provincia, bloquean el acceso a varias zonas de la ciudad, lo que ha generado «una falta importante de comida, medicamentos y servicios básicos», según la ONU.

«La ONU ha recibido informaciones creíbles sobre la ejecución, el secuestro y la detención de civiles, entre ellos varios que intentaron introducir comida clandestinamente» en los barrios bajo asedio, indicó a la AFP Linda Tom, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

Las autoridades sirias lanzaron desde el aire productos de primera necesidad el 11 de enero, y el gobierno ruso indicó días más tarde que hizo otro tanto en las zonas asediadas.

Desde el inicio del conflicto sirio en 2011 han muerto más de 260.000 personas, y millones más han tenido que abandonar sus casas.