Donald Trump se reunió este domingo en Riad con el presidente egipcio, antes de  pronunciar un delicado discurso sobre el islam, en el segundo día de su primera gira al extranjero desde que llegó a la Casa Blanca.

El presidente estadounidense se reunió con su homólogo egipcio Abdel Fatah Al Sisi y anunció que pronto viajará a Egipto, uno de los más firmes aliados de Estados Unidos.

Esta es la segunda reunión de Trump con Sisi, que había sido recibido en la Casa Blanca hace seis semanas.

Trump se reunió asimismo en la capital saudí con los líderes de los seis países del Consejo de cooperación del Golfo (CCG): Arabia Saudí, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Catar.

Todos ellos consideran que el Irán chiiita, gran rival regional de la Arabia sunita, es un «factor de desestabilización» en Oriente Medio por su «intervencionismo» en países árabes como Siria, Irak o Yemen.

Una ardua tarea para Trump –

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En este contexto, el discurso que pronunciará este domingo Trump sobre el islam es todo un desafío, ya que el presidente estadounidense, con su reciente decreto migratorio, ha sido acusado de discriminar a los musulmanes.

En el esperado discurso, el presidente republicano subrayará su «esperanza» de una «visión pacífica» del islam.

Su influyente consejero en temas de seguridad nacional, el general H.R. McMaster, prometió que el discurso ante una treintena de dirigentes musulmanes reunidos en Riad sería «una fuente de inspiración» pero que también tendría un tono «franco».

Trump «va a ser muy directo aludiendo a la necesidad de enfrentarse al extremismo y al hecho de que muchos en el mundo musulmán, no sólo no han hecho lo suficiente sino que además alentaron el extremismo, más allá de las palabras bonitas», explicó un funcionario de la Casa Blanca que pidió permanecer en el anonimato.

Sin embargo, los observadores se preguntan: ¿Qué palabras elegirá el presidente? ¿Qué tono va a adoptar? ¿Es posible que decida suavizar su discurso para no ofender a sus anfitriones, con el riesgo de decepcionar a una parte de su electorado?

¿Va a utilizar la expresión «terrorismo islámico radical», muy usada durante la campaña electoral pero que provocó susceptibilidades en el mundo musulmán? Esta expresión se convirtió en uno de sus distintivos frente a los demócratas, a quienes acusaba de carecer de claridad y de determinación.

«Expresaré la posición del pueblo estadounidense de manera franca y clara», había prometido Trump en su discurso semanal, difundido el viernes por la noche, antes de emprender su viaje a Arabia Saudí.

– Contratos multimillonarios –

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El sábado, su primera jornada en Riad estuvo centrada en los anuncios de los megacontratos por más de 380.000 millones de dólares, incluidos 110.000 millones en ventas de armas a los saudíes para hacer frente a las «amenazas» de Irán.

«Empleos, empleos, empleos», fue el resumen de la jornada, según Trump, que aprovecha el viaje para olvidar los problemas que le esperan en Washington.

La de Riad podría ser la etapa más tranquila del largo viaje del nuevo inquilino de la Casa Blanca, que terminará en Europa.

Su periplo lo llevará a Israel, a los territorios palestinos, al Vaticano, a Bruselas y a Sicilia, para las cumbres de la OTAN y del G7, donde los aliados europeos de Washington esperan obtener compromisos claros.

Se trata de una agenda cargada sobre la que planea la sombra de la investigación sobre los supuestos vínculos entre el equipo de campaña de Donald Trump y Rusia.