Caracas fue escenario la noche de jueves a viernes de fuertes disturbios, con tiroteos y saqueos que causaron al menos un muerto, en un recrudecimiento de la violencia que en tres semanas de protestas contra el gobierno suma nueve fallecidos.

Un hombre murió baleado en una protesta en el popular barrio Petare, en el este de Caracas, mientras que en el otro extremo de la ciudad, en El Valle, se vivió una batalla campal hasta la madrugada, con disparos de armas y bombas lacrimógenas que llevaron a evacuar a medio centenar de niños de un hospital.

«Parecía una guerra. La guardia y la policía lanzaban gases, civiles armados disparaban contra los edificios. Mi familia y yo nos tiramos al piso. Fue horrible. Pudimos dormir hasta que acabó esto como a las tres de la madrugada, narró a la AFP Carlos Yánez, un constructor de 33 años, quien vive en una zona céntrica de El Valle.

Camiones antimotines dispersaron con gases pequeñas protestas de personas que colocaron barricadas de desechos en muchas esquinas del sector. Uno de esos vehículos fue parcialmente incendiado con cócteles molotov que le lanzaron en medio de la oscuridad, según videos tomados por habitantes de la zona.

«Malditos», «asesinos», gritaban vecinos desde las ventanas de los edificios a los hombres que disparaban en la calle. Algunos les lanzaron también botellas y otros objetos por la ventana, según eso vídeos y testigos.

En la mañana de este viernes, vecinos recogían las barricadas de basura quemada y los vidrios y otros destrozos que dejaron los saqueos en negocios.

Tres tanquetas de la militariza guardia nacional custodian un centro comercial de la avenida principal de El Valle, constataron periodistas de la AFP.

– Acusaciones mutuas –

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El gobierno y la oposición se responsabilizan mutuamente del desbordamiento de la violencia. Según la ONG Foro Penal, además de los nueve fallecidos, la ola de protestas que inició el 1 de abril deja cientos de detenidos y heridos.

El gobierno afirma que bandas armadas «contratadas por la oposición» atacaron el hospital materno infantil de El Valle, pero sus adversarios sostienen que el desalojo se debió a las bombas lacrimógenas lanzadas por la policía militarizada para controlar los disturbios.

«El dictaduro ordenó a sus esbirros represión a nuestro pueblo de El Valle en Caracas. Lo que le queda, así hacen todos antes de salir» del poder, expresó el líder opositor Henrique Capriles.

Por su parte, el ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, acusó a «vándalos de la oposición». «Esos delincuentes quieren vender que Venezuela es un caos», manifestó Freddy Bernal, dirigente del gobernante partido socialista.

– Alta tensión y preocupación mundial –

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Los enfrentamientos y desórdenes ocurrieron al cierre de una jornada en la que miles marcharon en las calles del este de la capital y en otras ciudades para exigir elecciones generales, un día después de una gigantesca movilización de opositores que dejó tres muertos.

La alta tensión en Venezuela ha despertado inquietud internacional. Once naciones latinoamericanas, la Unión Europea, la Organización de las Naciones Unidas y organismos como Amnistía Internacional pidieron al gobierno venezolano garantizar las protestas pacíficas.

Estados Unidos y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien tilda a Maduro de «dictador», han lanzado duras advertencias al gobierno chavista, al que acusan de «represión».

«La violencia en Venezuela es alentada por Almagro y los gobiernos alineados con planes intervencionistas del Departamento de Estado de Estados Unidos», dijo la canciller Delcy Rodríguez, al referirse a lo ocurrido en la noche y la madrugada.

– Hacia el trancón nacional –

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Las protestas se desataron luego de que el máximo tribunal se adjudicó las funciones del Parlamento, único poder público controlado por la oposición. La presión internacional llevó a la anulación parcial de los fallos.

Maduro, cuyo mandato termina en 2019, asegura que la «derecha extremista venezolana» busca darle un golpe de Estado con el apoyo de Estados Unidos. Pero la oposición insiste en que quiere sacarlo del poder por la vía electoral.

Las elecciones de gobernadores debieron realizarse en 2016, pero fueron suspendidas y aún no tienen fecha, las de alcaldes están pautadas para este año y las presidenciales para diciembre de 2018.

Aunque Maduro dice estar ansioso por medirse en elecciones con la oposición, ha descartado un adelanto de las presidenciales y le pide a sus adversarios dialogar y abandonar «la agenda golpista».

Según las encuestas, siete de cada diez venezolanos reprueban el gobierno, asfixiados por una severa escasez de alimentos y medicinas, y una inflación que el FMI estima en 720,5% este año, la más alta del mundo.

Manteniendo la presión, los dirigentes opositores convocaron para el sábado a una «marcha del silencio» hacia las sedes de la Conferencia Episcopal y para el lunes a un «trancón nacional», un bloqueo de vías.