El Gobierno de Venezuela denunció a través de un comunicado el «ingreso furtivo» a la zona contigua del buque de guerra estadounidense ‘USS Pinckney (DDG-91)’ y señaló que la maniobra es un «inexcusable acto de provocación» que busca «menoscabar» la «soberanía e integridad territorial».

En tanto, Estados Unidos dijo que es un “excesivo reclamo marítimo” de Caracas por otro ejercicio de la armada de ese país hace tres semanas.

La operación del barco destructor, realizada a 16.1 millas náuticas de las costas del país suramericano, fue declarada como violatoria del Derecho Marítimo y como «un acto de provocación que se ejecuta como resultado de la reciente visita de Donald Trump» al Comando Sur, en Florida, «en su desesperada campaña por atraer el voto latino en ese estado a cambio de la permanente e ilegal agresión contra Venezuela».

En tanto, el Comando Sur de Estados Unidos  dijo que el lanzamisiles realizó «un exitoso ejercicio de navegación en el Mar Caribe”, en el marco de sus maniobras antinarcóticos.

Anteriormente, el 23 de junio,Estados Unidos lanzó una operación similar con el buque de guerra “Nitze (DDG 94)”, un ejercicio que Caracas tildó de “provocación” informando que la nave se acercó a 30 millas de la costa.

Así, Estados Unidos sostiene que la marina operó en aguas internacionales, fuera de las 12 millas náuticas que son jurisdicción venezolana.

“Vamos a continuar ejerciendo nuestro legítimo derecho a navegar libremente por aguas internacionales sin someternos a reclamos ilegales”, indicó el almirante Craig Faller, que preside el Comando Sur.

Fuente: AFP/Reuters