El papa Francisco ha nombrado nuevo secretario para las Relaciones con los Estados al británico monseñor Paul Richard Gallagher, que sustituirá en el cargo a Dominique Mamberti, «ministro de Exteriores vaticano» durante los últimos 8 años.
Gallagher de 60 años, era hasta ahora nuncio apostólico en Australia. Según Radio Vaticano, nació en Liverpool el 23 de enero de 1954 y durante su carrera en el seno de la Iglesia ha prestado sus servicios en los cinco continentes.

Ha trabajado para las nunciaturas de Tanzania, Uruguay y Filipinas y en el año 2000 fue nombrado observador permanente en el Consejo de Europa.

Su nombramiento como nuncio apostólico se produjo en el año 2004, cuando fue elegido para este cargo en el estado centroafricano de Burundi. En 2009 fue nombrado nuncio en Guatemala, cargo que dejó en 2012 para desempeñar la misma labor en Australia.

Este cambio en el organigrama de la secretaría de Estado vaticano se produce un año después de que el papa nombrara «primer ministro» del Vaticano (Secretario de Estado) a Pietro Parolín, en sustitución de Tarcisio Bertone, salpicado por el escándalo de las filtraciones de los documentos vaticanos, en los que se le acusaba de mala gestión.

De acuerdo al comunicado de la Santa Sede, Mamberti, arzobispo titular de Sagona, ha sido nombrado prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, el más alto tribunal de la Iglesia Católica.

Sucederá al cardenal estadounidense Raymond Leo Burke, a quien el Papa ha concedido el título honorífico de patrono de la Soberana Orden Militar de Malta.

La decisión, que fue anunciada por el Vaticano el sábado sin hacer comentarios, estaba prevista. Burke dijo el mes pasado que sólo se le había informado que sería removido a un nuevo cargo pero que no sabía cuándo.

Burke, que hasta el sábado era el estadounidense de más alto rango en el Vaticano, ofreció una serie de entrevistasrecientemente criticando al Papa y había surgido como la cara de la oposición conservadora a la agenda reformista de Francisco.

En una entrevista ofrecida a una revista española el mes pasado, Burke, conocido por su inflexible interpretación de la doctrina, comparó a la Iglesia Católica bajo el pontificado de Francisco a «un barco sin timón