MARTES, 26 DE NOV

Una socialista es ungida como presidenta del Congreso español y Sánchez se acerca a la reelección

La catalanoparlante Francina Armengol, de 52 años, obtuvo los votos de 178 diputados, dos por encima de la mayoría absoluta, incluyendo el de los legisladores independentistas de Juntos por Catalunya.

El Congreso de los Diputados español surgido de las últimas elecciones se instaló este jueves y eligió a una socialista para presidirlo gracias al apoyo de independentistas catalanes, lo que aumenta la posibilidad de que el presidente del Gobierno en funciones, el también socialista Pedro Sánchez, sea reelecto al frente de otra coalición progresista.

La catalanoparlante Francina Armengol, de 52 años, obtuvo los votos de 178 diputados, dos por encima de la mayoría absoluta, incluyendo el de los legisladores de Juntos por Catalunya (JxC), la formación de Carles Puigdemont que representa al ala dura del independentismo catalán.

Armengol, que fue presidenta regional de la región de las Islas Baleares, muy próxima culturalmente a Cataluña derrotó a Cuca Gamarra, la candidata del derechista Partido Popular (PP), lo que asesta un duro golpe a las intenciones de su líder, Alberto Núñez Feijóo, de ser investido presidente del Gobierno.

Con el Congreso ya instalado, la siguiente etapa en el proceso de formación de un Ejecutivo llegará cuando el rey Felipe VI, el jefe de Estado español, nomine a un candidato a la presidencia o jefatura del Gobierno, que le será propuesto por el nuevo presidente de la Cámara de los Diputados, es decir, por Armengol.

El PP fue el más votado en las elecciones generales del 23 de julio, pero no llega a la mayoría absoluta de 176 de los 350 escaños del Congreso de los Diputados -la cámara baja del Parlamento, que es la que elegirá al futuro presidente del Gobierno-, ni siquiera con las bancas de sus aliados del partido de extrema derecha Vox.

El PSOE de Sánchez y sus aliados de la coalición de izquierda Sumar tampoco lograron en los comicios esa cantidad de escaños, pero tienen chances aritméticas de alcanzar la investidura aliados con las fuerzas independentistas.

Para ser electo presidente del Gobierno, el nominado deberá obtener la mayoría absoluta en una primera votación en la Cámara de los Diputados o una mayoría simple en una segunda votación 48 horas después.

Si nadie logra el respaldo necesario, España deberá repetir las elecciones dentro de los seis meses siguientes.

El apoyo de los independentistas de Puigdemont, refugiado en Bélgica desde 2017 y reclamado por la Justicia española, se produjo después de un acuerdo impulsado por Sánchez que prevé que el catalán y las otras lenguas españolas puedan usarse en el Congreso de los Diputados.

Contempla asimismo que España intente que estas lenguas sean de trabajo en la Unión Europea (UE), y la creación de una comisión de investigación sobre el supuesto espionaje de independentistas catalanes por parte de los servicios de inteligencia españoles.

Más aún, el acuerdo contempla crear una comisión de investigación sobre los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils de 2017, de los que este jueves se cumplen seis años, porque los independentistas sospechan del Estado, informó la agencia de noticias AFP.

«Hay que aclarar los vínculos» de los servicios de inteligencia españoles (CNI) «con el imán Es-Saty», el ideólogo de los ataques, muerto en ellos, y «si los aparatos del Estado tenían información sobre el atentado y aclarar porque no se pudieron evitar», dijo JxC en un comunicado sobre aquellos atentados, que dejaron 16 muertos.

Los atentados ya fueron juzgados y acabaron con condenas a los tres supervivientes de la célula yihadista que los cometió, integrada por nueve personas.

La elección de la nueva presidenta del Congreso era muy esperada, no tanto porque este cargo represente la tercera autoridad del país, sino porque su resultado dará una clara indicación de si Sánchez será reelegido en la votación de investidura, que podría tener lugar a fines de agosto o principios de septiembre.

JxC explicó que este acuerdo debe cumplirse para abordar la investidura de Sánchez, que necesita los siete votos del partido catalán para ser investido.

De cara a una sesión de investidura, los dos bloques, por un lado el del Gobierno saliente de izquierdas, y, por otro, el de la derecha y la extrema derecha, parecen estar en medida de contar con el apoyo de 171 diputados cada uno.

Además de los siete diputados de JxC, la única diputada de un partido regional de las islas Canarias serán decisivos.

Esta inesperada situación da el protagonismo a JxC, que tiene en su mano decidir si Sánchez sigue al frente de España o, en caso contrario, si el país tendrá que celebrar nuevas elecciones en los próximos meses. Se da por prácticamente descartado que JxC entregue sus votos al PP.

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