Las fuerzas de seguridad detuvieron a 66 personas este viernes por la mañana durante una protesta sorpresa de agricultores junto al Arco del Triunfo de París, donde bloquearon con tractores y fardos de paja los emblemáticos Campos Elíseos.

El sindicato de línea dura Coordinación Rural, promotor de la acción que comenzó de madrugada, dijo en la red social X que tomaban «simbólica y pacíficamente» el popular monumento para «salvar la agricultura francesa».

Aunque el objetivo inicial era manifestarse en Versalles, al suroeste de la capital, «los agricultores desviaron su ruta para visitar la tumba del soldado desconocido», situada a los pies del famoso monumento, dijo el líder gremial Chiristian Convers.

«Subimos esta mañana para depositar una corona de flores en el Arco del Triunfo para rendir homenaje a todos los agricultores que se suicidan», explicó Axel Masson, un ganadero del centro de Francia.

Las fuerzas de seguridad se desplegaron rápidamente ante esta «manifestación ilegal», en palabras de la ministra de Agricultura, Agnès Pannier-Runacher, quien abogó no obstante por escuchar también «la ira de los agricultores».

La prefectura de policía de París anunció la detención de 66 participantes en esta acción en la plaza Charles de Gaulle, que contó además con ocho tractores y paralizó brevemente el tráfico en esta arteria clave del oeste de la capital.

La manifestación terminó hacia las 9 de la mañana, hora local, después de que los servicios municipales de limpieza despejaran la célebre avenida, informó la agencia de noticias AFP.

Los agricultores de distintos países europeos llevan semanas de protestas contra lo que consideran una normativa medioambiental excesivamente estricta, los bajos ingresos y la competencia de importaciones más baratas de fuera de la Unión Europea (UE).

El sindicato enmarcó la protesta en la celebración del Salón de la Agricultura de París, donde el presidente francés, Emmanuel Macron, necesitó el fin de semana pasado, protección ante una multitud de cientos de manifestantes enfurecidos.

El presidente estuvo protegido por decenas de policías antidisturbios, que empujaron a los manifestantes para que no se acercaran a él. Algunos de ellos lo calificaron de «mentiroso», le gritaron que se largue y lo instaron a renunciar.

El salón fue inaugurado por Macron con cuatro horas y medio de retraso respecto al programa inicial. Pero pese a las escenas de caos, logró dialogar de manera informal con los agricultores, algunos de los cuales eran miembros de los tres principales sindicatos agrícolas del país.

«Siempre prefiero el diálogo a la confrontación (…) La confrontación no produce nada», declaró el mandatario de 46 años.

Macron se comprometió a plantear la instauración de «precios mínimos» para «proteger los ingresos agrícolas», en el marco de una nueva ley que debe regular las relaciones entre los distintos actores de la industria alimentaria.

En noviembre, la ministra de Comercio, Olivia Grégoire, se había opuesto a una medida similar votada y rechazada en el Parlamento, y alegó que le recordaba a «Cuba o la Unión Soviética».

Tras las protestas agrícolas que sacudieron el país a finales de enero, Macron ya había anunciado una serie de medidas.

Entre ellas figuraba un mayor control del origen de los productos y la negativa a firmar el acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur en sus actuales términos.

Las protestas de las últimas semanas también afectaron otros países europeos, como Alemania, Polonia, Rumanía, Bélgica, Italia y España.