El conflicto armado entre Armenia y Azerbaiyán que se despliega en el Cáucaso vivió en las últimas horas su peor momento desde el fin de la guerra que se desarrolló sobre el enclave de Nagorno Karabaj el año pasado.

La escalada de este miércoles terminó con tres soldados armenios muertos y una nueva tregua propuesta por Rusia y aceptada por ambos bandos.

«Se ha alcanzado un acuerdo para restablecer el régimen de alto el fuego en el sector noreste de la frontera armenio-azerbaiyana con la mediación de las fuerzas de paz rusas», declaró el ministerio de Defensa armenio después de una noche entera de combates.

Poco después, Azerbaiyán confirmó que había aceptado la tregua rusa y desde entonces no se han registrado agresiones ni confrontaciones en torno a la aldea de Sotk, cerca de la región de Kelbajar, una de las zonas que el Gobierno azerbaiyano pasó a controlar tras la guerra de Nagorno Karabaj en 2020 y el epicentro de los combates de la noche de este martes.

El saldo final de estas nuevas horas de violencia fueron tres soldados armenios muertos y dos heridos, y dos militares azerbaiyanos heridos, según la agencia de noticias AFP.

Como sucedió con todas las escaramuzas y pequeñas escaladas previas, ambos lados se culparon mutuamente de haber disparado primero.

La Cancillería armenia denunció en un comunicado que las fuerzas azerbaiyanas «lanzaron una ofensiva a las 3.40 contra posiciones armenias», lo que desató «combates locales»; mientras que el Ministerio de Defensa azerbaiyano sostuvo que los enfrentamientos comenzaron alrededor de las 0.50 y acusó a las fuerzas armenias de «utilizar armas ligeras y lanzagranadas» para disparar contra sus posiciones y usar «un tanque y morteros de 120 mm» por la mañana.

En los últimos meses, Armenia y Azerbaiyán han protagonizado varios enfrentamientos armados en su frontera común. El primero culpa al segundo de «infiltrarse» en su territorio para hacerse con el control de las zonas que bordean el lago Sev, que comparten ambos países.

Pese a las declaraciones de buena voluntad de ambos Gobiernos, los enfrentamientos siguieron aumentando con el paso de las semanas hasta la escalada de anoche.

El 23 de julio, un soldado azerbaiyano falleció y tres soldados armenios resultaron heridos en intercambios de disparos, tras la muerte, unos días antes, de un soldado armenio en enfrentamientos similares.

Y en mayo, seis soldados armenios fueron capturados por fuerzas azerbaiyanas en una zona fronteriza.

Aunque la noche terminó con una nueva tregua mediada por Rusia -el aliado de Armenia que en los 90 le permitió ganar la primera guerra sobre Nagorno Karabaj pero el año pasado eligió buscar un acuerdo con Azerbaiyán y su socio Turquía para terminar un conflicto-, la tensión sigue alta en la región.

Ejemplo de eso fue que Turquía, el aliado militar que ayudó a sellar la victoria azerbaiyana el año pasado, anunció que están discutiendo con su socio la posibilidad de crear un Ejército unido, lo que ampliaría aún más la asimetría bélica con Armenia.

«Nuestra idea es una nación, dos Estados. Siempre será así. Respecto a ello ha habido muchas negociaciones y acuerdos», dijo el presidente del Parlamento turco, Mustafa Sentop, en una conferencia de prensa sobre esta posibilidad, según la agencia de noticias Sputnik.

Este martes se celebró la primera reunión trilateral de los presidentes de los Parlamentos de Azerbaiyán, Turquía y Pakistán en la capital azerbaiyana de Baku y, al término del encuentro, los parlamentarios firmaron una declaración conjunta para reunirse nuevamente en Islamabad, la capital paquistaní, en 2022.