Una huelga ferroviaria de cuatro días arrancó este martes en Reino Unido y complicó el desplazamiento de miles de británicos hacia sus lugares de trabajo, en el marco de un conjunto de acciones sindicales para protestar contra la inflación y exigir mejores salarios.

Según el Sindicato Nacional de Trabajadores Ferroviarios, Marítimos y del Transporte (RMT), 40.000 de sus miembros que trabajan en la red Network Rail y en 14 compañías ferroviarias participan en la huelga.

La medida de fuerza continuará hasta el sábado y se retomará en enero durante otros cuatro días, dijo RTM, informó la agencia de noticias AFP.

Los trabajadores piden una suba salarial del 7 % y denuncian que el Gobierno conservador del primer ministro Rishi Sunak está «obstruyendo deliberadamente» las vías para llegar a un acuerdo

Se estima que solo el 20 % de los servicios ferroviarios operarán durante la medida de fuerza, que se desató tras fracasar las negociaciones con la empresa.

Network Rail, la compañía pública que administra la red ferroviaria británica, solicitó a la población que evite viajar a menos que sea absolutamente necesario.

El sindicato anunció que la última oferta de pago del Gobierno, rechazada este lunes, estaba «muy por debajo de la inflación» y era «totalmente inaceptable».

«Nuestros miembros no quieren aceptar la oferta… el valor del acuerdo no es lo suficientemente alto», dijo RTM en un comunicado.

Aunque es «optimista» de que se pueda llegar a un acuerdo, el secretario general de RMT, Mick Lynch, dijo a la cadena BBC que el Gobierno necesita «ayudar a facilitarlo».

Solo en octubre ya se han perdido 417.000 jornadas laborales por conflictos sociales en Reino Unido, el nivel más alto desde noviembre de 2011, según la Oficina Nacional de Estadística (ONS).

Además de los trabajadores ferroviarios, los guardias de seguridad de los trenes Eurostar con destino al continente europeo y los policías de fronteras que controlan los pasaportes en los aeropuertos también irán a la huelga en los próximos días, lo que obligará al Gobierno a desplegar personal militar para realizar los controles.

También se verá afectado el sector sanitario, ya que enfermeras anunciaron una huelga sin precedentes este jueves y el 20 de diciembre, a la que se unirán los conductores de ambulancias y sectores de la administración, así como el sector privado.

«La prioridad económica número uno del Gobierno es controlar la inflación, (…) para que la gente pueda hacer frente al coste de la vida», declaró hoy el ministro de Transportes, Mark Harper, en la radio Times, recordando que el ejecutivo ha proporcionado «ayudas considerables» a los hogares para compensar la subida de los precios de la energía.

Están previstas medidas de fuerza esta semana desde otros sectores, como correos, mientras para fines de esta semana están anunciadas acciones similares de los empleados que trabajan en el mantenimiento de autopistas y de los encargados de las maletas en el aeropuerto londinense de Heathrow.