Dos explosiones submarinas fueron informadas este martes en el mar Báltico -a la altura de Dinamarca- antes del descubrimiento de tres fugas en los gasoductos Nord Stream que une a Rusia con Europa, en medio de sospechas de sabotaje y una tensión en aumento tras la finalización de los referendos de anexión en cuatro territorios ucranianos ocupados por fuerzas rusas.

El Instituto Sismológico Sueco informó este martes que registró “dos liberaciones masivas de energía” poco antes y cerca del lugar de las filtraciones de gas en las costas de la isla danesa de Bornholm, indicó a la agencia de noticias AFP Peter Schmidt, un sismólogo de la red nacional.

“La primera ocurrió a las 2.03 hora local (21.03 del domingo en Argentina) justo al sureste de Bornholm, con una magnitud de 1,9. Luego observamos otra a las 19.04 del lunes (14.04 en Argentina), un poco más al norte que parece haber sido algo más potente. Calculamos una magnitud de 2,3”, indicó el sismólogo.

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La red sísmica noruega (Norsar) confirmó también haber registrado “una explosión más pequeña” en las primeras horas del lunes, “seguida de otra más potente” ese mismo día.

Los gasoductos Nord Stream 1 y 2 centraron la tensión geopolítica de los últimos meses en Europa, desde que Rusia cortó su suministro a Europa en respuesta a las sanciones occidentales contra Moscú por la invasión de Ucrania.

Los dos gasoductos, gestionados por un consorcio participado mayoritariamente por el grupo energético ruso estatal Gazprom, no están operando actualmente. Sin embargo, ambos contienen aún gas, que se estuvo filtrando desde el lunes.

En unas fotos tomadas por el ejército danés este martes podían verse unas grandes burbujas en la superficie del agua, emanando de tres fugas localizadas en las aguas de Suecia y Dinamarca, con diámetros de entre 200 y 1.000 metros.

Ucrania aseguró este martes que esas fugas fueron causadas probablemente por un “ataque terrorista” planificado por Moscú contra la Unión Europea (UE).

El consejero presidencial ucraniano Mijail Podoliak acusó a Rusia de buscar “desestabilizar la situación económica en Europa y provocar un pánico antes del invierno”.

“En este momento no podemos descartar ninguna hipótesis. Lo que es evidente es que las tuberías han sido dañadas y no se puede descartar ninguna variante hasta que tengamos los resultados de las inspecciones”, dijo por su parte el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Además, el vocero calificó de “alarmantes” las informaciones sobre las fugas en los dos gasoductos y puntualizó que el Gobierno de Rusia exigió una investigación inmediata de las causas de lo sucedido.

Por otra parte, la empresa operadora de los gasoductos submarinos rehusó dar una fecha estimada de cuándo podría resolver las averías “sin precedentes” que ocurrieron de forma simultánea en tres tuberías del sistema.

“Las destrucciones que ocurrieron el mismo día, simultáneamente, en tres hilos de gasoductos costas afuera del sistema Nord Stream no tienen precedentes. Todavía no es posible estimar el calendario de restauración de la infraestructura de transporte de gas”, declaró la compañía Nord Stream AG con sede en Zug, Suiza.

“No voy a especular sobre la causa, y sé que nuestros socios europeos están investigando. Estamos listos para brindar apoyo a sus esfuerzos”, afirmó este martes un alto funcionario de la Casa Blanca, que pidió el anonimato, citado por AFP.

“Esto demuestra sencillamente la importancia de nuestros esfuerzos para trabajar juntos para obtener suministros de gas alternativos para Europa, apoyar los esfuerzos para reducir el consumo de gas y acelerar la verdadera independencia energética pasando a una economía de energía limpia”, señaló.

A mediados de junio pasado, Gazprom redujo el flujo por la tubería Nord Stream 1 al 40 por ciento de la capacidad nominal, por motivos técnicos, y a fines de julio rebajó el volumen hasta el 20 por ciento.

El 31 de agosto, el trasiego del gas se cortó del todo, para mantenimiento rutinario de una turbina de Siemens, la única que seguía operativa en una estación de compresores cerca de San Petersburgo.

El bombeo de gas iba a reanudarse el 2 de septiembre, pero quedó suspendido hasta nuevo aviso tras detectarse una fuga de aceite que, según Gazprom, acusa una falla sistémica que no era crítica para las operaciones.

El segundo gasoducto submarino que conecta a Rusia con Alemania, Nord Stream 2, quedó paralizado en la fase de certificación debido a las medidas restrictivas que Occidente impuso a Moscú tras la invasión.