Una delegación del Gobierno de Estados Unidos viajó a Venezuela para darle continuidad a las conversaciones que comenzaron en marzo entre ambos países, poco después de que Rusia lanzara la invasión a Ucrania, y que derivaron en la flexibilización de sanciones contra Caracas.

«Jorge Rodríguez (presidente del Parlamento y jefe de la delegación del diálogo por parte del Gobierno) está recibiendo a una delegación del Gobierno de Estados Unidos, una importante delegación (…), que ha llegado a Venezuela hace dos horas y está trabajando para darle continuidad a las comunicaciones iniciadas el 5 de marzo», dijo el lunes por la noche el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en una alocución transmitida por el canal estatal Venezolana de Televisión, según consignó la agencia de noticias Sputnik.

El mandatario mantuvo una reunión el 5 de marzo con una delegación del Gobierno de Joe Biden en el palacio de Miraflores (sede del Gobierno) en Caracas, en la que dijo que ambos países acordaron trabajar en una agenda de interés común.

El encuentro se dio luego de que Biden prohibiera las importaciones de petróleo ruso por la invasión a Ucrania, aunque la Casa Blanca negó entonces que previera reanudar las compras de crudo venezolano, vetadas por Washington luego de que Maduro asumiera un segundo mandato tras cuestionadas elecciones.

Se trata del segundo acercamiento entre Caracas y Washington desde la ruptura de relaciones diplomáticas en enero de 2019, cuando ese país reconoció como presidente interino de Venezuela al exdiputado Juan Guaidó y desconoció a Maduro.

Hace una semana, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció la actualización de la lista de sancionados de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), en la que confirmó la exclusión de Carlos Malpica Flores, que es sobrino de la esposa de Maduro, Cilia Flores, y extesorero de la República (2015).

Poco antes, el director de Asuntos Hemisféricos del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Juan González, había afirmado que Estados Unidos estaba dispuesto a levantar las sanciones impuestas a Venezuela, siempre y cuando haya «pasos concretos» por la otra parte.

«Nosotros apoyamos 100% un diálogo que sea liderado por los venezolanos, no uno donde Estados Unidos imponga condiciones. La política nuestra es clara, estamos totalmente dispuestos a levantar la presión de sanciones, pero en base a pasos concretos», manifestó González en una entrevista con la cadena Voice of America.

El funcionario estadounidense destacó además la importancia de avanzar en el diálogo «genuino» entre el Gobierno y la oposición y de que sean los propios venezolanos los que lideren este proceso, y no otros países.

El 17 de mayo, tras las primeras conversaciones, el Gobierno de Biden había anunciado el levantamiento parcial de las sanciones contra Venezuela, y autorizó a empresas petroleras de ese país y de Europa a negociar y reiniciar operaciones en esta nación sudamericana.

Además, el Departamento del Tesoro emitió una licencia limitada para permitir que la empresa petrolera estadounidense Chevron negocie futuras actividades potenciales en Venezuela.

Maduro celebró entonces esa decisión y dijo que eran «pasos leves pero significativos».

Tras el relajamiento de algunas de las sanciones de Washington, las delegaciones del Gobierno venezolano y la oposición dieron a conocer su disposición a reanudar el diálogo político iniciado en México, que fue suspendido en octubre último por la extradición hacia Estados Unidos de Alex Saab, acusado de ser testaferro de Maduro.