El kurdo iraní Caucher Birkar, refugiado en Reino Unido, fue el miércoles uno de los cuatro galardonados con la medalla Fields de matemáticas, pero apenas tuvo tiempo de acariciarla, pues se la robaron en el mismo centro de convenciones de Rio de Janeiro donde se realizó la ceremonia.

Los otros tres premiados fueron el italiano Alessio Figalli, el alemán Peter Scholze y el indio Akshay Venkatesh.

Birkar, de 40 años, profesor en Cambridge, fue recompensado por sus contribuciones al estudio del plano de Fano, usado en geometría proyectiva. Tras el anuncio, expresó su deseo de que el premio, considerado como el Nobel de las matemáticas, permita «dibujar una sonrisa en el rostro de 40 millones de personas», en referencia al pueblo kurdo.

«Kurdistán era un lugar poco probable para que un niño desarrollara su interés por las matemáticas», afirmó.

«Pasar de siquiera imaginarme conocer a estas personas [que han ganado la medalla] a ganar yo mismo una…, simplemente no podía imaginarme que esto se hiciera realidad», declaró a la revista Quanta.

Pero el goce material de la presea le duró poco, pues se la hurtaron cuando aún se hallaba en las instalaciones del RioCentro, donde el Congreso Internacional de Matemáticas (ICM) inauguró su reunión cuatrienal, la primera en América Latina.

El ICM «lamenta profundamente la desaparición del maletín del matemático Caucher Birkar, que contenía en su interior la Medalla Fields recibida en la ceremonia de esta mañana», indicó una nota de los organizadores.

«Las imágenes registradas durante el evento están siendo analizadas. Los organizadores colaboran con las autoridades policiales en la investigación del caso», añade.

La Fields es una medalla de oro de 14 quilates y 63,5 milímetros de diámetro, valorada por los organizadores en 5.500 dólares canadienses (unos 4.200 dólares). El ICM otorga entre dos y cuatro en sus congresos celebrados cada cuatro años.

El premio está reservado a matemáticos de menos de 40 años. Los galardonados reciben una recompensa de 15.00 dólares canadienses.

Del fútbol a las matemáticas

El italiano Figalli, de 34 años, profesor en la Escuela Federal Técnica (ETH) de Zúrich (Suiza), fue premiado por trabajos que permitieron avances en la «teoría del transporte óptimo y sus aplicaciones en ecuaciones diferenciales y en geometría métrica».

Pero nada parecía predestinar a Figalli a las abstracciones numéricas, porque «hasta la escuela secundaria, su única preocupación era jugar al fútbol», destacó el ICM.

Las ecuaciones pueden dar «trabajo para los próximos 30 o 40 años. Pero hay un problema que espero resolver pronto: vivir en la misma ciudad que mi mujer», bromeó por su lado el investigador.

El alemán Scholze, de 30 años, fue premiado por sus investigaciones sobre aritmética y geometría algébrica. Pero el joven matemático considera que siempre habrá problemas para resolver.

«Hay un número infinito de problemas», dijo Scholze, de la Universidad de Bonn. «Cada vez que resuelves un problema, aparecen diez».

El cuarto medallista, Akshay Venkatesh, de 36 años, nacido en Nueva Delhi, es un prodigio que comenzó su licenciatura en matemáticas y física en la Universidad de Australia Occidental cuando solo tenía 13 años.

Venkatesh fue recompensado por sus contribuciones a la teoría de los números y actualmente lleva a cabo sus investigaciones en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos.

«Muchas veces, cuando haces matemáticas te atascas. Pero te sientes privilegiado de trabajar con esto: tienes un sentimiento de trascendencia y se siente como si fueras parte de algo realmente importante», declaró.