Un hombre de 20 años compareció este miércoles ante la justicia británica por planear el asesinato de la primera ministra Theresa May en un atentado con explosivos y cuchillos.

Naaimur Zakariyah Rahman está acusado de planear la colocación de una bomba ante Downing Street para luego entrar en la residencia de la primera ministra con un cinturón explosivo y cuchillos para asesinarla.

El fiscal Mark Carroll explicó en la primera audiencia del caso que Rahman quería detonar la bomba casera a las puertas de Downing Street y, aprovechndo el caos subsiguiente, entrar «con la idea de matar a la primera ministra».

Rahman había hecho un reconocimiento del lugar como parte de la preparación, aseguró el fiscal.

El sospechoso está formalmente inculpado de preparar un atentado terrorista y de ayudar a otro hombre, Mohammad Aqib Imran, de 21 años, de preparar otros ataques.

Ambos, detenidos el 28 de noviembre, comparecieron juntos.

Imran está acusado de intentar unirse a la organización Estado Islámico y de tratar de conseguir un pasaporte falso para viajar a Libia.

Rahman se identificó como bangladesi-británico e Imran como paquistani-británico.

La comparencia se produjo un día después de que la ministra de Interior, Amber Rudd, dijera al Parlamento que se habían desbaratado 22 planes islamistas de atentados desde el asesinato en 2013, en las calles de Londres y a plena luz del día, del soldado Lee Rigby.

Nueve de los planes frustrados fueron descubiertos tras el atentado ante el Parlamento británico en marzo, en que murieron cinco personas.

«El Reino unido afronta una intensa amenaza terrorista, que es multidimensional, evoluciona rápidamente y a una escala y ritmo que no habíamos visto nunca antes», dijo la policía el martes.

La policía dijo estar embarcada en 500 investigaciones contraterroristas con 3.000 sospechosos.

El Reino Unido ha sufrido 5 atentados en 2017, que dejaron 36 muertos y más de 200 heridos. Cuatro de ellos fueron reivindicados por la organización Estado Islámico.

Tres autores de estos atentados estaban bajo el radar de las fuerzas de seguridad, según una investigación interna que concluyó que la policía perdió varias oportunidades de evitar el atentado contra el pabellón Manchester Arena.