El Royal Bank of Scotland (RBS), entidad en la que el Gobierno británico controla el 72,6% del paquete accionario, registró pérdidas de 1.979 millones de libras esterlinas (2.519 millones de euros) al cierre del ejercicio 2015.

No obstante, esta pérdida supone mejorar en un 43% el resultado negativo del año anterior, informó el banco, que ha indicado que probablemente no volverá a pagar dividendos antes del año 2017.

Las acciones del banco escocés sufrían un severo correctivo en la Bolsa de Londres, donde han llegado a caer 11,5% tras anunciar sus resultados e informar de este aplazamiento, aunque posteriormente lograba reducir sus pérdidas hasta por debajo del 9%, detalló Europa Press.

La cifra de negocio de RBS en el conjunto del pasado ejercicio alcanzó un total de 12.923 millones de libras esterlinas (16.448 millones de euros), 14,7% por debajo del dato de 2014.

Las cuentas de la compañía reflejan un incremento del 62,6% de los costos por litigios, hasta 3.568 millones de libras (4.544 millones de euros), mientras que los costos por reestructuración subieron 154%, hasta 2.931 millones de libras (3.733 millones de euros) y las amortizaciones sumaron 498 millones de libras (634 millones de euros), 283% más que el año precedente.

En el cuarto trimestre, RBS registró pérdidas por un importe de 2.740 millones de libras (3.488 millones de euros), 52,7% por debajo de los ‘números rojos’ del mismo período de 2014, mientras que los ingresos sumaron 2.484 millones de libras (3.162 millones de euros), 16,2% menos que un año antes.

Por otro lado, RBS indicó que tiene planes para devolver el exceso de capital a sus accionistas mediante el reparto de dividendos o la recompra de acciones.