A casi tres semanas de las elecciones presidenciales, las polémicas no cesan. Un miembro republicano del Colegio Electoral que representa al estado de Texas renunció hoy a su cargo como elector para evitar votar por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, el próximo 19 de enero, tras asegurar que no puede hacerlo «en buena conciencia».

El elector en cuestión es Art Sisneros, un dirigente de origen hispano, que explicó en un comunicado publicado en su blog personal, que no quiere ser un elector «infiel» y, por eso, renunció a su papel de elector en Texas, que cuenta con otros 37 miembros en el Colegio Electoral.

Al mismo tiempo, el Partido Verde de la ex candidata presidencial Jill Stein, solicitó hoy el recuento de un segundo estado, de Pensilvania, y las autoridades electorales de Michigan, otro distrito clave cuestionado, anunciaron finalmente que el escrutinio dio ganador a Trump por apenas un poco más de 10.000 votos.

«No veo que Donald Trump esté cualificado para servir en la oficina de la Presidencia», escribió el elector republicano, quien añadió que votar por Trump, en su caso, «traería deshonra a Dios».

Además, Sisneros aseguró que podría «dormir bien por la noche» sabiendo que se mantuvo firme en sus convicciones y aseguró que llorará por la «pérdida de la República», informó la agencia de noticias EFE.

Según el sistema electoral indirecto de Estados Unidos, el total de los 537 miembros restantes del Colegio Electoral deberán primero elegir al reemplazo de Sisneros cuando se reúnan el próximo 19 de diciembre en las capitales de los estados en todo el país. Después, votarán y elegirán, formalmente, a Trump como el próximo presidente del país.

El 8 de noviembre pasado, Trump no ganó el voto popular -su rival demócrata Hillary Clinton obtuvo más de dos millones de votos más-, pero se impuso en el conteo de miembros del Colegio Electoral.

El sistema indirecto establece que cada estado del país adjudica al ganador de ese distrito un número de electores conforme a su peso demográfico y equivalente al número de sus representantes en el Congreso.

Los votantes, pues, no eligen directamente al próximo presidente de la nación, sino que delegan esa función en 538 electores que, en su nombre, votarán en los 50 estados del país y Washington DC, la capital.

El Colegio Electoral, que también escoge al vicepresidente del país, fue creado en 1787 por los autores de la Constitución, tras descartar la elección directa por voto popular con el fin de otorgar una representación importante a los estados pequeños en el conteo final.

El número de electores de cada estado es igual al número de sus senadores más el número de sus representantes. Así, el total de delegados asciende a 538.

Por otra parte, el Partido Verde solicitó hoy un recuento de los votos de las elecciones en el estado de Pensilvania, cuando se cumplía el plazo para pedirlo, por crecientes dudas que hay sobre muchas urnas electrónicas.

Pese a que no hay evidencias de fraude, Stein, solicitó el recuento ante el juez estatal y en más de un centenar de distritos electorales en todo el estado, de modo similar a como hizo la semana pasada en el estado de Wisconsin.

El secretario de Estado de Pensilvania, Pedro Cortés, sostuvo hoy que no hay pruebas de irregularidades o de ataques cibernéticos en las maquinas de votación electrónica del estado y consideró que un juez no podía forzar un recuento a nivel estatal.

No obstante, el Partido Verde aseguró en un comunicado que solicitó los recuentos distrito por distrito, algo que contemplan algunos condados del estado de Pensilvania siempre que se tenga a tres personas como solicitantes.

Trump se impuso a su rival demócrata Hillary Clinton en los comicios presidenciales del 8 de noviembre por 71.000 votos de ventaja en este estado, por lo que, con excepción de que se descubra un hackeo informático a gran escala del sistema electoral de Pensilvania, difícilmente cambiará el resultado.

Sin embargo, la historia podría ser otra en Michigan, el tercer estado en el que, junto con Pensilvania y Wisconsin, Stein pidió un recuento.

En Michigan, el tercer estado del Medio Oeste que puso fin a casi tres décadas de dominio demócrata y fue clave en la victoria de Trump, el escrutinio recién terminó hoy y otorgó una victoria muy ajustada a Trump: un poco más de 10.000 votos.

Según algunos investigadores y científicos de datos de votación en estos tres estados se registraron «anomalías estadísticas», especialmente en condados donde se emplearon urnas electrónicas sin soporte de papel.