Al menos 12 personas murieron este domingo y otras 179 resultaron heridas, entre ellas un elevado número de niños, en un ataque suicida llevado a cabo por talibanes en la ciudad de Ghazni, en el sur de Afganistán, el mismo día que comenzó la reunión de dos días entre los insurgentes y una delegación afgana en Qatar.

«Doce personas han muerto y el número de heridos ascendió a 179. Todos los heridos han recibido atención médica, y un número de personas en estado crítico fueron evacuadas a Kabul para recibir más tratamiento», afirmó en un comunicado el vocero del Ministerio de Salud Pública, Wahidullah Majroh.

Según esta fuente oficial, la mayor parte de los heridos son civiles «y particularmente niños».

«El ataque tuvo lugar hoy por la mañana hacia las 8:30 hora local cerca de una base de la Dirección Nacional de Seguridad (NDS, por sus siglas en inglés) en la ciudad de Ghazni», dijo a la agencia de noticias EFE el portavoz del gobernador provincial, Arif Noori.

Según el funcionario, los insurgentes hicieron detonar un coche cargado de explosivos en un control de seguridad en la entrada de la base militar, acabando con la vida de 12 personas, 4 de ellas civiles, e hiriendo a otras 80.

«El número de víctimas podría aumentar en las próximas horas, porque algunas de los heridos fueron trasladadas a hospitales privados y podrían ser incluidas en el balance más tarde», añadió.

El NDS afirmó en un corto comunicado que «los civiles que viven en las casas cercanas sufrieron la peor parte».

Un vocero de los talibanes, Zabihullah Mujahid, reivindicó la responsabilidad del atentado en un breve comunicado.

«Una importante base de la Dirección Nacional de Seguridad en Ghazni asaltada por un atacante suicida, utilizando un vehículo explosivo. Según las informaciones iniciales, la base está completamente destruida y decenas de fuerzas de la NDS y trabajadores han muerto o han resultado heridos», dijo Mujahid.

La potente explosión tuvo lugar el mismo día en que comenzó en Qatar una nueva ronda de diálogo entre los insurgentes afganos y una delegación del país asiático que incluye miembros del Gobierno, que participan a título personal y no oficialmente.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, criticó la «paradoja» entre la celebración del diálogo y las acciones de los talibanes en Afganistán.

«Mientras mantienen un diálogo en Qatar, todos los días en Afganistán derraman más sangre de los civiles inocentes, en especial de mujeres y niños», dijo.

Los talibanes están celebrando además la séptima ronda de negociaciones de paz con Estados Unidos también en Qatar y aseguraron estar «satisfechos» con los avances de unas conversaciones, centradas en la retirada de las tropas estadounidenses y la garantía de los insurgentes de que ningún grupo terrorista utilizará suelo afgano para atacar a otro país en el futuro.

No obstante, el avance en las conversaciones de paz no ha impedido a la formación insurgente lanzar sangrientos ataques como el del pasado lunes en Kabul, donde murieron al menos 11 personas y otras 65 resultaron heridas en un ataque a un edificio del Ministerio de Defensa.