La Unión Europea (UE) urgió este lunes a alcanzar una «solución pacífica» en Venezuela y llamó a «todas las partes» a abstenerse «de cometer actos violentos», tras seis semanas de protestas contra el presidente Nicolás Maduro que han dejado 38 muertos.

La situación en el país «preocupa mucho» a los 28, había subrayado la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, a su llegada a una reunión de cancilleres del bloque en Bruselas, donde adoptaron una declaración sobre el país sudamericano.

En sus conclusiones, los ministros europeos de Exteriores piden que «todos los agentes políticos y las instituciones de Venezuela trabajen de forma constructiva en pro de una solución a la crisis», basada en el respeto de los derechos humanos y la separación de poderes.

Esta solución, que debe ser «pacífica» y «democrática», pasa «por fijar un calendario electoral» en el país, «la liberación de los opositores políticos encarcelados y el respeto de los derechos constitucionales de todos los actores políticos a votar y participar en elecciones».

«La violencia y el uso de la fuerza no resolverán la crisis del país», apuntan los cancilleres, para quienes «todos los incidentes violentos deben investigarse» y «resulta preocupante el anuncio de la ampliación y el refuerzo de los grupos civiles armados».

Al término de la reunión, Mogherini indicó que los europeos apoyan la mediación realizada en el país por el Vaticano y por organizaciones internacionales, y expresó que su principal preocupación son los ciudadanos venezolanos, por lo que mostró la disposición del bloque a proporcionar ayuda humanitaria y médica.

La UE se ha pronunciado en varias ocasiones sobre la situación en el país sudamericano desde el inicio, el 1 de abril, de las protestas contra el gobierno de Maduro, exigiéndole elecciones generales, y que degeneraron en disturbios.

Los cancilleres europeos no van tan lejos como la Eurocámara, que a finales de abril condenó la «represión brutal» en Venezuela y urgió a la UE a apoyar el proceso de mediación, pero al mismo tiempo a estudiar «otras medidas».

Para el ministro de exteriores español, Alfonso Dastis, estas conclusiones, que requerían «la unanimidad y el consenso de todos», «son el mínimo común denominador, son un toque de atención» al gobierno venezolano de Nicolás Maduro ante la «deriva» en el país.

Dastis agregó a su llegada a Bruselas que no descartan «endurecer el tono», pero rechazó estudiar por el momento imponer sanciones a Venezuela, ya que estas «afectan a la población, que son los que ahora mismo están sufriendo».

Los 28 también expresan su preocupación por el impacto de la situación no solo en los venezolanos, sino también en los más de 600.000 europeos que residen en el país.