La plataforma de reserva de vehículos con conductor (VTC) Uber anunció este jueves la suspensión en Barcelona de su servicio UberX, que compite directamente con los taxis, tras la aprobación de una ley que restringe su actividad.
«Ante las restricciones a las VTC aprobadas por el Govern de Cataluña [región del noreste de España], nos vemos obligados a suspender el servicio de UberX en Barcelona a partir de mañana», señaló en un tuit la empresa estadounidense, acusada por los taxistas de competencia desleal.
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«Las nuevas restricciones aprobadas por el Gobierno catalán no nos dejan otra opción», señaló el vocero de Uber en un comunicado, en el que afirman que estudiarán sus pasos a seguir Barcelona.
La empresa asegura mantener su «compromiso» de seguir operando en otras ciudades españolas, y expresa su deseo de conseguir que tanto el Ayuntamiento de Barcelona como el Gobierno les permitan trabajar en igualdad de condiciones.
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Por su parte, Cabify ha apoyado la medida al referirse al decreto, ya que definió que «esta regulación tiene como único objetivo, y por tanto también como consecuencia final, «la expulsión directa de la aplicación de Cabify y de sus empresas colaboradoras de Cataluña y Barcelona», en otro comunicado publicado este jueves.
Según esta compañía, «las medidas artificiales y altamente restrictivas» que instaura el decreto «destruyen por completo» un mercado que ha generado más de 3.000 empleos en Cataluña, y provoca un «grave perjuicio» al ciudadano desde el punto de vista de la competencia y la calidad del servicio: «el 98,5% de los viajes gestionados a través de la app de Cabify están por debajo de los 15 minutos de espera», explicaron.
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El decreto que ha aprobado esta semana el gobierno catalán obliga a precontratar el servicio de los VTC con una antelación mínima de 15 minutos. Regirá desde este viernes y el incumplimiento ocasionará multas de hasta 1.400 euros.
