El Ejército de Turquía intensificó el operativo que lanzó hace cinco días en el norte de Siria, sobre todo en las cercanías de la estratégica ciudad sirio-kurda de Ras al Ain, que asegura haber tomado en su totalidad.

La prensa turca señaló que desde la noche del sábado se acrecentaron las actividades de la Fuerza Aérea sobre la ciudad fronteriza de Akçakale, donde el Ejército reforzó su presencia con un nuevo convoy de tanques y de otro material pesado.

El fuego de artillería turco continuaba este domingo a primera hora de la mañana, sobre todo desde esa ciudad, situada a pocos cientos de metros de la frontera siria.

Un indicio de que el ejército turco espera más combates en la zona es que las autoridades de varias ciudades fronterizas decretaron el cierre de los colegios durante al menos tres días a partir de mañana, lunes, reportaron agencias internacionales de noticias.

En respuesta a los ataques turcos, unos 300 proyectiles de las milicias sirio-kurdas YPG han caído hasta ahora en diferentes puntos del sur de Turquía, causando 18 muertos y un centenar de heridos, todos ellos civiles.

Además, cuatro soldados turcos murieron y fueron enterrados como héroes de guerra en masivos cortejos fúnebres.

La ofensiva iniciada el miércoles pasado por el Gobierno turco apunta a desplazar a las fuerza kurdas del norte de Siria, la región fronteriza con Turquía, para crear una «zona segura» y trasladar allí a los más de tres millones y medio de sirios refugiados en ese país.

Desde el inicio de la ofensiva el Ejército turco ocupó 14 localidades en los alrededores de Ras al Ain, antes de tomar por completo esa ciudad clave.

Los críticos del Gobierno turco alegan, sin embargo, que un traslado de población árabe siria cambiaría la demografía en esa región, habitada en gran medida por kurdos

Según fuentes oficiales, las fuerza turcas han «neutralizado» (es decir, abatido, detenido o herido) a 480 combatientes de las milicias sirio-kurdas «Unidades de Protección del Pueblo» (YPG), hasta ahora apoyadas por Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico (EI), pero que Ankara considera «terroristas» por sus vínculos con el ilegalizado PKK, la guerrilla turco-kurda.

«Los operativos en el marco de la ofensiva ‘Fuente de Paz’ continuaron durante la noche con éxito, con apoyo de fuego desde la tierra y el aire, incluyendo drones», señaló el Ministerio de Defensa turco en un comunicado.

El operativo enfrenta cada vez más críticas tanto de socios de Turquía en la OTAN como de la Liga Árabe.

Francia y Alemania anunciaron el sábado que dejarán de vender armamento a Turquía mientras continúe el operativo, calificado por la Liga Árabe como una «invasión» de un país soberano árabe.

Decenas de miles de personas, en su mayoría kurdos, han huido hasta ahora de sus casas ante el avance de las tropas turcas.