Félix Tshisekedi juró hoy como presidente de la República Democrática del Congo (RDC), el quinto mandatario de este país africano pero el primero en hacerlo a través de una transición democrática desde su independencia de Bélgica, en 1960.

«Juro solemnemente ante Dios y la nación observar y defender la Constitución y la leyes del país», declaró el líder opositor, quien se convirtió contra todo pronóstico en presidente del gran país de África Central.

Asimismo, el líder de la Unión para la Democracia y el Progreso Social (UDPS) e hijo del histórico opositor Etienne Tshisekedi, se comprometió a «mantener la independencia e integridad» del país, a «preservar la unidad nacional» y prometió que actuará movido por «el bien común y la paz».

«Este 24 de enero es un día histórico, donde no se celebra la victoria de un candidato frente a otro. Somos un Congo reconciliado, la RDC que formamos no será un Congo de la división, del odio y del tribalismo», dijo Tshisekedi durante su discurso de jura de cargo.

Tshisekedi ganó las elecciones del pasado 30 de diciembre con el 38,57% de los votos, seguido del también opositor Martin Fayulu, con 34,86%, en un resultado hecho público por la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) y avalado por la Corte Constitucional.

Estas elecciones pusieron fin a dos años de atrasos e incertidumbre, desde que Kabila -en el poder desde 2001- concluyera por ley su segundo y último mandato en diciembre de 2016.
Un nuevo aplazamiento se produjo a fines de diciembre, con un cambio de fecha del 23 al día 30, y días después, la CENI pospuso hasta marzo de 2019 los comicios en Beni y Butembo (noreste) y Yumbi (oeste) por la epidemia de ébola y la violencia étnica, respectivamente, lo que excluyó a más de 1 millón de electores.

Fayulu fue el gran ausente en la ceremonia, ya que rechazó la derrota argumentando que él había obtenido más del 60% de los votos.

Tanto las elecciones como los resultados fueron calificados de fraudulentos por Fayulu y la influyente Conferencia Episcopal congoleña, que pidieron un nuevo recuento de los votos.

El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, fue el único jefe de Estado en ir a la ceremonia, a la que sí asistieron los vicepresidentes de Zimbabue, Namibia y Tanzania.
Según informa el portal 7sur7.cd, y reprodujo la agencia de noticias Europa Press, el Frente Común para el Cambio (FCC) del presidente saliente -que controla la mayoría de escaños en el

Parlamento- y la alianza CACH que sustenta a Tshisekedi, firmaron un acuerdo de coalición por diez años que dejaría a los primeros el puesto de primer ministro, mientras que a los segundos les quedaría reservada la jefatura de Estado.