Tras una nueva victoria de Donald Trump en dos estados, uno de los principales referentes de la cúpula del Partido Republicano suavizó hoy su posición sobre el magnate, habló de «unidad» de la fuerza y preparó el escenario para la reunión que mantendrá mañana con el candidato para aunar esfuerzos de cara a las presidenciales de noviembre.

Hace meses que la cúpula republicana y sus líderes en muchos estados del país advierten que una profundización de la campaña de Trump, con su discurso racista y anti inmigratorio, podría poner en peligro otras elecciones nacionales y locales que se disputarán en los comicios generales de noviembre próximo.

El principal temor de la cúpula opositora no es sólo perder los comicios presidenciales, sino que ese revés arrastre una derrota en el Congreso, un poder que los republicanos controlan completamente desde hace cuatro años y que les permitió frenar todas las grandes iniciativas del segundo gobierno de Barack Obama.

Las elecciones presidenciales del 8 de noviembre coincidirán con la votación para un mandato de seis años de 34 de los 100 escaños de la cámara alta del Congreso. Si los demócratas logran sumar cuatro escaños más de los que tienen ahora, equilibrarían la balanza y pondrían fin al actual control republicano.

El miedo alcanza aún a los senadores republicanos más veteranos, como el ex candidato presidencial de 79 años John McCain.

«Ningún elector latino va a ir de repente corriendo a votarte si insistes en la expulsión de once millones de (inmigrantes) ilegales o en la construcción del muro (en la frontera con México)», sostuvo en una entrevista reciente el senador por Arizona, un estado con una importante proporción de habitantes latinos, según la agencia de noticias DPA.

Por eso, la última estrategia de la cúpula republicana parece ser llegar a un acuerdo con Trump para unir fuerzas y, presumiblemente, moderar su discurso para hacerlo más acorde al partido.

«Lo que estamos tratando de hacer es ser todo lo constructivo posible, es tener una unificación real (…) Después de una primaria dura, eso requerirá un esfuerzo.

Estamos comprometidos a hacerlo», explicó hoy en Washington, ante un grupo de periodistas, el presidente de la Cámara de Representantes y el tercer funcionario en la línea sucesoria para la Casa Blanca, Paul Ryan, en la víspera de su reunión con Trump.

«Quiero ser parte de este proceso de unificación para que tengamos toda la fuerza posible en los próximos meses, para que podamos ganar esta elección. No podemos darnos el lujo de perder esta elección frente a Hillary Clinton», agregó el republicano de 46 años, haciendo referencia a la favorita de la interna presidencial oficialista.

Hace apenas seis días, el mismo Ryan había dicho en una entrevista con el canal de televisión CNN que no estaba «preparado» para apoyar a Trump, pese que para ese momento el magnate inmobiliario ya se había convertido en el único candidato en carrera en la interna presidencial republicana.