China aprovechó este domingo la ausencia del presidente estadounidense Donald Trump en la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) para avanzar en la construcción de un gran tratado de libre comercio asiático que excluye a Estados Unidos y que aunaría cerca de un tercio del PBI y de la mitad de la población del mundo.

El debate de la cumbre en Bangkok estaba pensado para buscar el apoyo de sus socios externos en materia de seguridad y economías sostenibles; sin embargo, la decisión de Trump de quedarse en Washington y enviar una delegación dejó un espacio protagónico indiscutible a China para afianzar su influencia económica y política en la región.

El plato fuerte de la cita es la tercera ronda de negociaciones de líderes de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), el megatratado de libre comercio que impulsa China, sin la participación de Estados Unidos y que incluiría a casi un tercio de la economía mundial, publicó la agencia de noticias EFE.

La RCEP tiene como objetivo nivelar las barreras comerciales entre los 10 miembros de la Asean y otros seis países en un bloque que abarca casi un tercio del PBI mundial.

Pese a este avance diplomático de Beijing sobre la región, el presidente estadounidense decidió saltarse la cumbre, concentrarse en la campaña electoral y el proceso de juicio político que le inició la oposición en el Congreso, y envió en su lugar a su asesor de seguridad nacional, Robert O’Brien.

No bien asumió la Presidencia, Trump anuló el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, la iniciativa que había negociado su antecesor Barack Obama para garantizar el protagonismo y liderazgo internacional de Estados Unidos en Asia.

El mandatario estadounidense confirmó este giro político el año pasado cuando faltó a la cita anual de la Asena y envió a su vicepresidente, Mike Pence.

Según advirtieron analistas a medios estadounidenses, la reiterada ausencia del mandatario está dejando un espacio vacío que China no dudó en ocupar.

El primer ministro tailandés, Prayut Chan-ocha, cuyo país ostenta la presidencia pro témpore de la Asean, afirmó hoy que «una seguridad y economía sostenibles requieren el apoyo robusto de nuestros socios».

Uno de los temas de esa agenda es justamente establecer un código de conducta con China con respecto a las aguas en disputa en el Mar del Sur de China, una de las zonas donde Estados Unidos se ha enfrentado de manera más frontal a Beijing en los últimos años.

Al llegar a Bangok, el primer ministro chino, Li Keqiang, aseguró que su deseo es tener listo para 2021 un «código de conducta» en el mar de China Meridional, la zona donde su país mantiene disputas territoriales con otros miembros de la Aseany Taiwán.