Una elección distrital en Pennsylvania, un rincón deprimido de los Apalaches, podrá indicar hoy si esa región de los Estados Unidos sigue brindándole a Trump el respaldo que lo llevó a la presidencia, o si la popularidad del mandatario cayó aún entre quienes más lo apoyaron.

La región montañosa del Oeste de Pennsylvania, donde impera la minería del carbón, detestada por la administración Obama como muy contaminante, y elevada por Trump a las alturas de una causa nacional, elegirá hoy si la representará en la Cámara Baja del Congreso de los Estados Unidos el demócrata Conor Lamb o el republicano Rick Saccone.

Esta elección local de medio término, que en otro momento hubiera pasado inadvertida para las noticias internacionales, y ni siquiera hubiera sido de interés nacional en Estados Unidos, adquirió, de esta manera, una importancia muy superior a la habitual.

No es poco lo que está en juego. Una victoria de Lamb abriría a los demócratas la posibilidad de luchar por la mayoría en la cámara de representantes en noviembre, y los republicanos se verían en dificultades para defender a Trump entre quienes más lo sostuvieron.

Las encuestas, sin embargo, no le son favorables a Lamb. La consigna de Saccone es el mismo «hacer grande de nuevo a los Estados Unidos» que ganó el favor abrumador de los votantes hacia Donald Trump, y parece estar dándole resultado.

La elección de hoy, donde un veterano demócrata enfrenta a un «nuevo» republicano, repercutirá sobre Pittsburgh y sus alrededores, una zona que en el pasado fue una de las grandes capitales del carbón y el acero en Estados Unidos.