El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, invocó este lunes por la tarde poderes de emergencia para poner fin a protestas en rechazo a las medidas sanitarias contra el coronavirus, luego de que las autoridades de Ontario, la provincia más poblada del país, anunciaran que el pasaporte de vacunación, blanco de protestas desde fines de enero, dejaría de tener vigencia en marzo.

«El gobierno federal ha invocado la Ley de Emergencias para complementar la capacidad provincial y territorial de hacer frente a los bloqueos y ocupaciones», anunció Trudeau en conferencia de prensa, y agregó que en esta etapa no se desplegarían militares, según la agencia de noticias AFP.

El primer ministro anunció la resolución después de reunirse de manera remota con los líderes de las provincias.

La decisión dividió el tablero y mientras algunos gobernadores respaldaron a Trudeau, como el premier conservador de Ontario, Doug Ford, al menos los de Quebec, Alberta y Saskatchewan advirtieron que no se acoplarían a las medidas de emergencia.

“A estas alturas no ayudaría al clima social, hay mucha presión y creo que debemos tener cuidado”, expresó el primer ministro de Quebec, Francois Legault.

La llamada «caravana de la libertad» canadiense, que sirve de inspiración para una nueva ola de protestas en varios países europeos y en Australia y Nueva Zelanda, comenzó a fines de enero a raíz de la ira de camioneros que debían vacunarse contra la Covid-19, testearse o aislarse para poder cruzar la frontera con Estados Unidos.

Los camioneros encontraron apoyo entre los conservadores y entre quienes se oponen a los mandatos de vacunación contra el coronavirus en todo el mundo, aun cuando las medidas anti-Covid se levantan en muchos lugares.

La decisión de Trudeau se conoció horas después de que Ford informara que a partir del 1 de marzo Ontario eliminará el requisito de que las personas muestren un comprobante de vacunación para ingresar a restaurantes, gimnasios y eventos deportivos.

«Vamos a deshacernos de los pasaportes», anunció en conferencia de prensa.

De acuerdo con Ford, la decisión no se debe a las protestas que bloqueaban desde hace semanas el puente Ambassador, un paso fronterizo clave entre Estados Unidos y Canadá, por donde transitan todos los días más de 40.000 viajeros y camiones con mercaderías valuadas en 323 millones de dólares.

La provincia también eliminará su límite de capacidad de 50 por ciento en los restaurantes este jueves, cuatro días antes de lo previsto.

“Déjenme muy claro: nos estamos moviendo en esta dirección porque es seguro hacerlo; el anuncio de hoy no se debe a lo que está sucediendo en Ottawa o Windsor, sino a pesar de ello”, explicitó Trudeau.

Más adelante, enfatizó: “Necesitamos ley y orden, nuestro país está en riesgo ahora, no solo está sucediendo aquí en Ottawa, sino que está sucediendo en Alberta y Columbia Británica; no aceptaremos eso”.

Mientras tanto, el puente Ambassador quedó librado al tránsito este lunes, después de que la policía retirara a los últimos manifestantes que habían cortado la circulación durante casi una semana en una manifestación contra las restricciones a causa del coronavirus.

El bloqueo de ese puente que une a la ciudad de Windsor, en Ontario, con la estadounidense Detroit, en Michigan, por donde pasa aproximadamente 25 por ciento del comercio entre ambos países, obligó a los fabricantes de automóviles de los dos lados de la frontera a detener o reducir la producción.

La situación llevó a que las autoridades de Ontario declararan el viernes el estado de emergencia, y a la corte suprema provincial a ordenar a los camioneros poner fin al bloqueo.

«El puente Ambassador está ahora totalmente abierto», dijo la Detroit International Bridge Company en un comunicado, según la televisora CNN.

Pero la protesta más grande de camiones en la capital, Ottawa, persistió mientras los residentes de la ciudad estaban furiosos por la incapacidad de las autoridades para recuperar las calles.

El sábado último, la policía de Ottawa precisó que unos 4.000 manifestantes seguían ocupando el centro de la ciudad, en el tercer fin de semana de la movilización.

En simultáneo, en los últimos días, Trudeau rechazó los llamados a usar el Ejército, pero había anticipado que todas las opciones estaban «sobre la mesa» para poner fin a las protestas, incluida la invocación de la Ley de Emergencias, que otorga al gobierno amplios poderes para restablecer el orden.

Esta ley solo puede invocarse en caso de una «crisis nacional» y otorga al Gobierno federal mayores poderes.