Milicias pro-Irán lanzaron este lunes cohetes contra una base militar de Estados Unidos en el campo petrolero de Al Omar, en el este de Siria, y la coalición internacional antiyihadista respondió con disparos, luego de que Estados Unidos bombardeara facciones afines a Teherán en Irak y Siria, informaron fuentes sirias y estadounidenses.

La agencia oficial siria Sana informó que durante la noche de este lunes se registraron disparos de «misiles» contra «la base militar de las fuerzas de ocupación estadounidenses en el campo petrolero de Al Omar», pero no precisó su origen.

«Sobre las 19.44 hora local, las fuerzas estadounidenses en Siria fueron atacadas por varios cohetes; no hay heridos y los daños se están evaluando», reportó el vocero de la coalición Internacional antiyihadista, Wayne Marotto, en Twitter.

Tras estos bombardeos, aviones estadounidenses y de la coalición liderada por Washington sobrevolaron la zona, comunicó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).

Solo se observaron daños materiales, sin causar víctimas, indicó el OSDH, que cuenta con una amplia red de informadores en Siria, un país en el que varias milicias extranjeras -iraquíes incluidas- combaten en apoyo al Gobierno de Bashar al Asad.

En respuesta, «la coalición internacional llevó a cabo tiros de artillería pesada» contra la ciudad de Mayadin, en manos de las milicias pro-Irán, en Deir Ezzor, indicó el director del OSDH, Rami Abdel Rahman, citado por la agencia de noticias AFP.

«Las fuerzas estadounidenses actuaron en estado de legítima defensa y llevaron a cabo tiros de artillería contra las posiciones desde las que se habían lanzado los cohetes», confirmó en otro tuit Wayne Marotto.

El ataque de las milicias pro-Irán tuvo lugar luego de que Estados Unidos bombardeara el lunes por la madrugada a milicias pro-Irán en respuesta a los ataques recibidos en los últimos meses en Irak, que fueron imputados a facciones fieles a Teherán.

La escalada coincide con los esfuerzos para que Estados Unidos vuelva al acuerdo nuclear con Irán, que ofrece a Teherán un alivio de las sanciones a cambio de su compromiso de no dotarse de armas nucleares y de reducir drásticamente su programa nuclear.

De visita en Roma, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, había declarado anteriormente, el lunes, que los bombardeos nocturnos llevados a cabo por Estados Unidos contra las milicias pro-Irán en Irak y en Siria constituyen un mensaje «fuerte» para prevenir más ataques contra los intereses estadounidenses.

En Bagdad, el primer ministro iraquí, Mustafa al-Kazimi, denunció en un comunicado una «violación flagrante de la soberanía» de su país, al tiempo que llamó a «evitar la escalada».

Además reiteró su rechazo a que Irak se utilice como «territorio de ajuste de cuentas».

El lunes de madrugada y por orden del presidente estadounidense Joe Biden, la aviación apuntó a centros operativos y depósitos de armas en dos lugares de Siria y uno de Irak, instalaciones utilizadas por las milicias que tienen el apoyo de Irán, anunció el Pentágono.

La operación estadounidense es la segunda de este tipo contra las milicias proiraníes en Siria desde que Joe Biden asumió el cargo en enero. Una veintena de combatientes murieron en el primer ataque de febrero.