Un largo camino de años y duros debates recorrió el proyecto de reducción de la jornada laboral en Chile hasta que, finalmente, ese martes los diputados lo convirtieron en realidad luego de que el proyecto obtuviera su aprobación unánime en el Senado. La nueva ley reduce gradualmente las horas de trabajo en un plazo de cinco años.

La llamada Ley de 40 horas entrará en vigencia el próximo 26 de abril, y su aplicación significará la reducción progresiva de las 45 horas semanales actuales, hasta alcanzar las 40 horas en el año 2028.

Al año de su aplicación se reducirá la jornada a 44 horas semanales. A los tres años el límite será de 42 horas y al cabo de un lustro se llegará a las 40 horas, que es el tiempo de trabajo recomendado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La normativa también prevé la posibilidad de trabajar cuatro días y descansar tres, a diferencia de la legislación actual, que obliga a un mínimo de cinco días laborales, y contempla un máximo de 5 horas extras por semana ( a día de hoy se permiten 12 horas extras semanales).

La ley contempla que si las empresas no cumplen con la reducción de la jornada laboral a 44 horas y a cualquiera de los siguientes recortes, establecidos en el Código del Trabajo, los empleados podrán presentar una denuncia ante la Inspección del Trabajo o ante los Tribunales del Trabajo.

Reducción de jornada sin recorte salarial

De acuerdo a lo votado por los legisladores chilenos, los salarios deben mantenerse como están, sin reducciones. Si los trabajadores experimentan un recorte salarial, no justificado o basado en este recorte de la jornada, deberán presentar una denuncia ante la Inspección de Trabajo o los Tribunales de Trabajo.

Registro de jornada para asegurar su cumplimiento

Para asegurar que las empresas cumplan con la nueva normativa, la ley contempla la implementación de un registro de jornada y estarán obligados a llevar un libro de asistencia del personal, un reloj con tarjetas de registro de entrada y salida o un sistema electrónico equivalente.

Dentro de ese registro de jornada, el artículo 34 del Código del Trabajo indica que la hora de la comida no está incluida dentro de esa jornada reducida, aunque lo considera un derecho adquirido. Por lo tanto, quienes ahora trabajan 45 horas semanales con una hora diaria para comer incluida, no verán reducida su jornada pues será de 40 horas de trabajo y cinco horas para comer.

Quiénes quedan afuera

La reducción de la jornada laboral afectará a la mayoría de la población, aunque tendrá excepciones que dejarán a un sector afuera. Los empleados que tengan una relación laboral como asalariado, con contrato contemplado en el Código de Trabajo. De igual forma, los profesionales independientes que se rijan por el sistema de honorarios, no verán reflejada esa reducción de jornada dado su carácter temporal y esporádico.

Tampoco se acogerán a la nueva normativa semanales los funcionarios públicos, gerentes, administradores, apoderados con facultades de administración, empleados en actividades pesqueras o  deportistas profesionales ya que estos tienen su propia regulación de jornada.

Margen para la conciliación familiar y la flexibilidad. La nueva jornada laboral chilena estable un nuevo marco para la conciliación familiar permitiendo a los progenitores con hijos menores de 12 años adaptar la hora de entrada y salida para la corresponsabilidad parental.

Por otro lado, la Ley de 40 horas también contempla que empleado y empleador puedan acordar compactar las horas semanales (en 2028) en una jornada laboral de cuatro días en lugar de en cinco, suponiendo un indudable avance hacia un cambio positivo en la cultura laboral de Chile.