El principal líder sindical de Francia instó este vienes al presidente liberal Emmanuel Macron a «poner en pausa» su impopular reforma jubilatoria, un día después de que las masivas manifestaciones contra la iniciativa dejaran 457 detenidos, 441 policías heridos y varios hechos de violencia.

La tensión alcanzó un nuevo nivel el jueves de esta semana, con un incendio en el acceso a la alcaldía de Burdeos (suroeste), «escenas de caos» en Rennes (oeste), cañones de agua en Lille (norte) y Toulouse (sur) y disturbios en las calles de París.

«Propongo que haya un tiempo de escucha, de diálogo y de poner en pausa la reforma de las pensiones», pidió Laurent Berger, líder de la Confederación Democrática Francesa del Trabajo (CFDT), uno de los gremios que ayer logró convocar a más de un millón de personas en las calles.

El objetivo del frente sindical es la retirada de la reforma que retrasa la edad de jubilación de 62 a 64 años y adelanta a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42 como hasta ahora) para cobrar una pensión completa.

Berger pidió «seis meses para examinar (…) cómo poder encarrilar de nuevo las cosas», luego de que Macron optó por adoptar por decreto su reforma, ante el temor de perder la votación en el Parlamento.

Desde entonces, cientos de personas, en su mayoría jóvenes, recorren por la noche las calles de París y otras ciudades quemando contenedores de basura y pallets a su paso, en plena tensión con la policía, acusada de ejercer una violencia desmedida.

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En una entrevista que brindó el miércoles, el presidente francés dijo «asumir» la «impopularidad» de su reforma y cargó contra la oposición, los sindicatos y los «sediciosos» manifestantes radicales, lo que elevó aún más la temperatura.

Un total de 457 personas fueron detenidas y 441 policías y gendarmes resultaron heridos este jueves, precisó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, quien denunció la «radicalización» de ciertos manifestantes y cargó contra la «extrema izquierda», consignó la agencia de noticias AFP.

El gobierno defiende que la reforma, que quiere que esté vigente «para finales de año» después del eventual visto bueno final del Consejo Constitucional, busca evitar un futuro «déficit» en la caja de las pensiones.

A la espera de una salida al conflicto social, la oposición y los sindicatos mantienen su lucha: entre este viernes y el fin de semana habrá nuevos servicios de trenes y vuelos anulados, mientras continúa la huelga en refinerías y entre el personal que se encarga de recoger la basura en París.

Los sindicatos convocaron una nueva jornada de protestas el próximo 28 de marzo, fecha que en principio coincidía con la visita del rey Carlos III a Francia, pero que finalmente fue postergada por las manifestaciones.

No viaja

La visita oficial del rey británico Carlos III a Francia quedó aplazada por las protestas contra la impopular reforma jubilatoria del presidente Emmanuel Macron, tal confirmó este viernes el propio gobierno francés.

«Los gobiernos francés y británico, tras una conversación telefónica entre el presidente y el rey esta mañana, tomaron esta decisión para acoger a su majestad el rey Carlos III en las condiciones que corresponden a nuestra relación de amistad», indicó la presidencia francesa en un comunicado.

La pareja real «espera con gran interés la oportunidad de visitar Francia tan pronto como se puedan encontrar fechas», afirmó poco después el Palacio de Buckingham, citado por la agencia de noticias AFP.

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Según precisó desde Londres un portavoz del Ejecutivo británico, la decisión se tomó por pedido de Macron.

Carlos III tenía previsto iniciar en Francia su primer viaje al extranjero desde su llegada al trono tras la muerte de su madre Isabel II.

El lunes estaba previsto que participara en un homenaje en el Arco del Triunfo y en una cena en el Palacio de Versalles, antes de viajar a Burdeos (suroeste) el martes.

Sin embargo, la convocatoria de los sindicatos a una nueva movilización el martes contra la reforma jubilatoria llevó a Londres y París a aplazar la visita a una fecha aún sin confirmar.

La tensión alcanzó un nuevo nivel el pasado jueves, con un incendio en el acceso a la alcaldía de Burdeos, «escenas de caos» en Rennes (oeste), cañones de agua en Lille (norte) y Toulouse (sur) y disturbios en las calles de París, entre otros.

El gobierno británico había dicho ayer «no tener conocimiento de ningún cambio de planes», pese a que los gremios habían amenazado con perturbar la visita real, sobre todo durante su etapa en Burdeos.

Macron enfrenta desde enero una fuerte oposición a su plan de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y de adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años, en lugar de 42, para cobrar una pensión completa.

Las protestas se endurecieron el 16 de marzo, cuando el presidente anunció su decisión de sacar por decreto su reforma, ante el temor de perder la votación en el Parlamento.