Hay todo un conjunto de asuntos económicos críticos en Estados Unidos que se están juntando para formar una tormenta perfecta que se desataría en las próximas semanas: 1) La reducción o quizás hasta la finalización de los pagos de apoyo al desempleo a más de 32 millones de trabajadores desempleados; 2) la finalización de los préstamos a las pequeñas empresas para garantizar la nómina, que les ha permitido hasta ahora mantener a sus trabajadores con un pago aunque sin trabajo; 3) la finalización de la indulgencia sobre el pago mensual de hipotecas y de los alquileres, con los desalojos de consecuencia; y 4) ya empezó una segunda ola de despidos, en la medida que aumentan los cierres de empresas en sectores de la economía afectados por la nueva ola de la pandemia de COVID-19.

El sitio electrónico de la revista Fast Company, orientada hacia las empresas, tiene un artículo en donde pasa revista al punto 3) de arribe, el cual señala que antes de la pandemia, cada año hay un promedio de 2.3 millones de familias estadounidenses que reciben un aviso de desalojo en algún momento. Actualmente se estima que el déficit en pago de rentas de alquiler es como de unos $22,000 millones de dólares, y según las estimaciones de los observadores de la materia podría haber en breve –si el gobierno nacional no toma medidas adicionales—unos 2 millones de desalojos al mes. “La empresa de asesoría global Stout, con datos de la Coalición Nacional por el Derecho Civil a la Defensa (NCCRC, por sus silgas en inglés), utilizó los resultados de la encuesta del censo y los datos sobre ingreso para hacer una nueva herramienta de estimación de los desalojos, la cual evalúa cuántas familias podrían estar en riesgo de desalojo, en la medida que termina la moratoria y se abren los tribunales, y los esfuerzos para el alivio de las rentas no alcanzan”, dice el artículo. “Más de 16 millones de familias que alquilan están en peligro de desalojo, según esa herramienta, y más de 11 millones de familias podrían recibir, durante los próximos cuatro meses, las órdenes de desalojo”. El Instituto Aspen calcula que la cifra de familias en riesgo de desalojo es de unos 20 millones.

Los expertos de la NCCRC señalan también que hay una aguda disparidad con relación a la raza de las familias. “Esto no es una diferencia pequeña, entre la confianza del arrendatario para inquilinos blancos frene a inquilinos negros o latinos. Es enorme”, dijo el coordinador de la NCCRC, John Pollock. El artículo concluye: “En la encuesta del 22 de julio, un 47% de inquilinos negros y latinos dijeron que no tienen casi nada de confianza en que puedan pagar la renta del mes próximo; para los inquilinos blancos, la duda fue de un 20%. ‘Ya tienes una enfermedad que está diezmando las comunidades negras… Y entonces, cuando ves esas cifras por encima de eso, y lo comparas con lo que sabemos históricamente sobre cómo los inquilinos negros tienen que comparecer en el tribunal de vivienda, en forma desproporcionada, es otro aspecto de la urgencia que queremos que vea el Congreso’, dijo” Pollock.