Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Baréin, Qatar y Yemen anuncian una ruptura en la relación diplomática con Qatar. Qatar fue acusado de apoyar el terrorismo, en particular, al ISIS, así como al movimiento islámico internacional «Hermanos Musulmanes». La actual crisis no es la primera en la relación entre Arabia Saudí y sus aliados, por un lado, y Qatar por el otro. Sin embargo, dada la redistribución de la fuerza en el Oriente Medio y el interés claramente marcado de los EE.UU. sobre Arabia Saudí e Israel, puede tener consecuencias graves para Qatar.

Contexto del conflicto 

La crisis actual es una continuación de la «guerra de palabras» que estalló entre Arabia Saudí y sus aliados y Qatar inmediatamente después de la visita del presidente de Estados Unidos Donald Trump a Riad los días 20-21 de mayo de 2017. Justo después del regreso de la capital del reino saudí, que fue la sede de la Cumbre árabe y musulmán, y de una reunión con los jefes de estado del Consejo de Cooperación de los Estados Árabes del Golfo Pérsico, el emir de Qatar, el Jeque Tamim bin Hamad bin Khalifa al Thani, dio un discurso a los graduados de la escuela militar.

El Jeque criticó la posición actual de los EE.UU., se opuso al aislamiento de Irán, indicando que lo más probable es que Donald Trump renunciará pronto como presidente de los Estados Unidos, y que por lo tanto no hay verdaderas razones para apostar por él, expresó desacuerdos significativos entre Qatar y los Estados Unidos, y sobre la presencia de una amenaza por estar junto a estados vecinos, en alusión a Arabia Saudí y los Emiratos árabes Unidos.

Más tarde, después de que los medios oficialesde Qatar difundieran esta información, se recibió una dura reacción de otros estados del Golfo Pérsico y Egipto. Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Baréin cerraron el acceso a las páginas de Internet de los medios de comunicación qatarís, incluyendo Al Jazeera televisión y los medios de comunicación controlados por los saudís y los EAU, lanzando una guerra informativa contra el liderazgo de Qatar. Qatar desautorizó oificialmente a sus medios, declarando un ataque de hackers, pero Riad y sus aliados continuaron la campaña de información contre Doha, afirmando que las polémicas declaraciones de Al Tani, justificadas o no, reflejan la inaceptable posición de Qatar en una serie de cuestiones.

Las razones de la disputa

Una de las principales cuestiones problemáticas en la relación de Qatar con otros estados del Golfo Pérsico es su apoyo al movimiento de los Hermanos Musulmanes. En 2014, Arabia Saudita, Baréin y los Emiratos Árabes Unidos ya retiraron sus embajadores de Qatar, en protesta contra el apoyo de Doha a este movimiento. Esto explica también la posición anti-Qatar de Egipto, cuyo actual gobierno del mariscal de campo de Al-Sisi llegó al poder tras el derrocamiento de Mohammed Mursi, miembro de los Hermanos Musulmanes.

Otra razón para los desacuerdos es la diferente actitud hacia Irán. Qatar, desde el año 2015, a pesar de la confrontación con Irán en Siria y Yemen, se opone al aislamiento de Irán, en particular, esto es causado por los intereses económicos comunes: ambos estados comparten el mismo yacimiento de gas en el Golfo Pérsico.

En vísperas de la cumbre en Riad, durante las cuales Irán fue nombrado el principal enemigo de la humanidad, el Ministro de Asuntos Exteriores de Qatar habló a favor de la cooperación con este país, oponiéndose abiertamente no sólo a Arabia Saudí, sino también a la actual administración estadounidense.

Indicador de cambios en el equilibrio de intereses 

En general, las diferencias entre Qatar y Arabia Saudí reflejan la lucha de estas monarquías del Golfo por la influencia en el Oriente Medio. Los países cooperan en Yemen y Siria, pero se enfrentan el uno al otro en Egipto, donde apoyan dos lados contrarios de un conflicto civil que arde sin llama, y en Libia, donde Doha apoya a los islamistas de Trípoli, y Riad al General Haftar.

Al mismo tiempo, Qatar no ha cambiado su política considerablemente antes. Un cambio agudo de la actitud hacia Qatar indica un estrechamiento de los campos donde este país y Arabia Saudí cooperan. En Yemen, su coalición antiHussein está rota de facto, y la el interés de la guerra no es tanto una victoria, sino una retirada digna de la campaña militar.

En Siria, ambos estados están excluidos de facto de la partición de este país en esferas de influencia, donde por un lado el trío de Rusia, Irán y Turquía decide el destino del norte, y los kurdos pro-norteamericanos y pro-israelís actúan también en esta región, y en el sur las agrupaciones pro-saudís y pro-qataris encuentran cada vez más difícil demostrar la subjetividad en el contexto de la lucha de EE.UU., Gran Bretaña, Jordania e Irán por la carretera de Bagdad-Damasco y el cruce de at-Tanf.

Al mismo tiempo, estos mismos factores abren una ventana de oportunidad para una alianza temporal entre Doha y Teherán contra Riad. Por lo tanto, Qatar fácilmente puede permitirse apoyar en secreto a Irán contra su rival, los saudís. Los chiítas son un problema serio para Baréin y Arabia Saudí, pero no para Qatar, donde casi no hay, y por lo tanto el empleo iraní del factor chiíta en la lucha contra Arabia Saudí y su satélite bareinita no es peligroso para Qatar.

El  cambio de paradigma 

Los acontecimientos alrededor de Qatar reflejan el conflicto entre los dos paradigmas en cuanto al Oriente Medio.

Qatar representa el viejo paradigma de Obama y Hillary Clinton. Arabia Saudí, uno nuevo, donde la influencia de los neoconservadores es perceptiblemente fuerte.

Fue sobre Qatar y la Hermandad Musulmana que los EE.UU. decidieron apoyar durante » la primavera árabe «. Esto causó tanto un congelamiento de las relaciones entre los EE.UU. e Israel (Qatar es el patrocinador principal de Hamas), y con Arabia Saudí. La retórica de acercamiento con Irán (o más bien con los reformistas iraníes) es bastante compatible con la lógica de la política iraní de la administración Obama, de rechazar aislar aquel país y comprometerlo en procesos globales para detener el acercamiento de Teheran con Moscú.

La visita de Trump a Arabia Saudí e Israel testifica el cambio final de este paradigma. Ahora los Estados Unidos ponen el interés sobre la alianzade  Israel y Arabia Saudí, en la cual Qatar no tiene ningún lugar, como no hay ningún lugar para las fuerzas revolucionarias de la Hermandad Musulmana tampoco.

Es significativo que el emir de Qatar se le atribuyan declaraciones sobre el inminente impeachment  de Trump justo en el espíritu de los liberales norteamericanos del campo de Obama y Hillary.