CORNWALL, 11 junio, 2021 (Xinhua)

 

Francia citó «a consultas» a sus representaciones en países aliados que suscribieron un convenio por el cual los submarinos que les iba a vender a Australia, ahora serán provistos por los Estados Unidos.

La movida diplomática que decidió el presidente de Francia, Emmanuel Macron, constituyó un inédito gesto de disgusto ante la «excepcional gravedad de los anuncios hechos el 15 de septiembre por Australia y Estados Unidos», como calificó el ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, al acuerdo de defensa firmado entre ambos países y Reino Unido (Aukus).

Es la primera vez que París toma una decisión de este tipo con estos países, especialmente en los que respecta a Estados Unidos, aliado histórico.

Desde el anuncio el miércoles de esa alianza de seguridad, llamada Aukus, y la anulación por Australia del contrato para suministrar doce submarinos convencionales, Francia se mostró molesto con Estados Unidos y Australia.

Tal es así que anuló una fiesta nocturna prevista el viernes para conmemorar el aniversario de la batalla de Chesapeake Bay, decisiva en la guerra de independencia de Estados Unidos, que terminó con la victoria de la flota francesa sobre la flota británica el 5 de septiembre de 1781.

No es para menos, en la práctica, el acuerdo entre los tres países significa que Camberra adquirirá submarinos nucleares de la mano de EEUU, forzando la cancelación de un contrato firmado en 2016 por más de 50.000 millones de dólares australianos (30.980 millones de euros) con Francia, cuyo valor hoy se estima en unos 90.000 millones, según Swissinfo.

Washington dijo que espera tratar este diferendo con Francia «la próxima semana» en las Naciones Unidas, cuando el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se encuentre con el ministro francés Le Drian en Nueva York.

«Hemos estado en estrecho contacto con nuestros aliados franceses» y «esperamos continuar nuestra discusión sobre este tema a un alto nivel en los próximos días, incluso en la Asamblea General de la ONU la próxima semana» en Nueva York, dijo en un tuit Ned Price, portavoz del departamento de Estado.

Aseguró «entender» la posición de París y añadió que Washington tomó nota de la decisión inédita de llamar al embajador francés a París para consultas.

El abandono del proyecto de submarinos franceses y el anuncio de una nueva asociación «son comportamientos inaceptables entre aliados y socios, cuyas consecuencias afectan la concepción que tenemos de nuestras alianzas, de nuestras asociaciones y de la importancia del Indo-Pacífico para Europa», puntualizó Le Drian.

Antecedentes

Francia había firmado en 2016 un contrato de 90.000 millones de dólares australianos (65.500 millones de dólares) para el suministro de 12 submarinos de propulsión diésel a Australia, describe RFI.

Considera haber sido traicionada por Australia y Estados Unidos, que convirtió la rivalidad con China en su prioridad principal y pide a sus aliados un mayor compromiso a su lado en la región Indo-Pacífica, zona crucial para la economía mundial.

El fondo de esta crisis diplomática es el creciente aumento de poder chino y su política cada vez más agresiva en la zona, que preocupa a muchos países, interpreta la cadena francesa.

Figuran especialmente las tensiones comerciales entre China y Australia que se incrementaron desde 2018.

En los últimos meses, China impuso severas sanciones económicas contra muchos productos australianos.

Los europeos tienen ahora una idea «muy clara» de la manera como Washington considera a sus aliados, se dice en París.

El presidente Biden, cuya elección fue recibida bien en Europa, había prometido tratar a sus aliados de la OTAN con más consideración que su antecesor, Donald Trump.

Pero en los casos de Afganistán y su nueva alianza con Australia y Reino Unido, que afectaron a Francia, Biden actuó de manera unilateral, asumiendo una continuidad absoluta con la consigna «America first» de Trump.

Descargo australiano

Australia afirmó el viernes que comprende la «decepción» francesa al mismo tiempo que desea seguir trabajando con el gobierno galo.

«Es evidente que son asuntos difíciles de manejar», declaró en Washington la jefa de la diplomacia australiana, Marise Payne.

París cuestionó cómo va a confiar en Canberra de ahora en adelanta en la negociación comercial entre la Unión Europea y Australia.

«Tenemos negociaciones comerciales con Australia, yo no veo cómo podemos confiar en un socio australiano», advirtió el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Clément Beaune.

China también condenó duramente el acuerdo por los submarinos nucleares y advirtió que «socava de manera grave la paz y la estabilidad regionales».

El primer ministro australiano, Scott Morrison, respondió a la ira de Pekín sobre los submarinos nucleares, que tienen más autonomía y son más discretos que los submarinos convencionales que ofrecía Francia.

Pekín tiene un «programa muy importante de construcción de submarinos nucleares», recordó Morrison.

«Ellos tienen derecho de tomar decisiones de defensa en sus intereses nacionales, y por supuesto que Australia y los demás países también lo tienen».