El presidente conservador Michel Temer dijo que fue «ingenuo» al recibir en su casa al empresario que lo grabó secretamente en una conversación comprometedora y reiteró que no renunciará, porque eso sería admitir su «culpabilidad» en el escándalo de corrupción que tiene en vilo a Brasil.

Acorralado por varios pedidos de impeachment y con su base aliada debilitada, Temer, de 76 años, dio su primera entrevista extensa a un medio brasileño desde que el miércoles pasado estalló la crisis que puede acabar con su mandato.

«Fui ingenuo al recibir a una persona en aquel momento», dijo Temer en la entrevista publicada este lunes por el diario Folha de S. Paulo, al ser preguntado sobre su «culpa» en el actual terremoto político, que llega apenas un año después de la destitución de la mandataria de izquierda Dilma Rousseff.

El escándalo explotó cuando el periódico O Globo reveló una grabación en la que Joesley Batista, dueño de la mayor empresa cárnica del mundo, JBS, aparentemente recibe la luz verde del presidente para pagar un soborno a un poderoso exdiputado encarcelado. Esa reunión tuvo lugar el pasado 7 de marzo cerca de las 11 de la noche en la residencia del mandatario en Brasilia.

Acusado por la fiscalía de obstrucción a la justicia, corrupción pasiva y organización criminal, muchas voces en Brasil piden su renuncia.

La de mayor calado es la del colegio de abogados de Brasil (OAB), que esta semana presentará su pedido de impeachment en el Congreso, sumándose a una decena de peticiones de diputados, en un duro golpe para el mandatario, abogado constitucionalista.

Entretanto, el presidente trata de mantener a flote las alianzas de su partido de centro-derecha, el PMDB, y busca impedir que aguno de esos pedidos prospere.

Hasta ahora, sólo partidos pequeños lo abandonaron, pero el apoyo de su principal socio de gobierno, el PSDB (también de centroderecha), se tambalea.

– Cambio de estrategia –

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En una crisis en la que cada minuto ganado cuenta, el próximo día D debía ser el miércoles, cuando el Supremo Tribunal Federal (STF) preveía evaluar la petición de suspender la investigación sobre temer, bajo el argumento de que el audio entregado por Batista a la justicia en su delación premiada estaba manipulado.

Sin embargo, la presidenta del STF, Carmen Lúcia, decidió este lunes que la corte tomará su decisión solo cuando la Policía Federal concluya la inspección del material entregado por Batista, actualmente en Estados Unidos, cuyo grabador debe llegar el martes a Brasil.

Pero la defensa del presidente decidió cambiar repentinamente de estrategia y pidió al STF que retire el pedido de suspensión.

Esa decisión sacaría presión a la cita marcada para el miércoles, cuando sus socios de gobierno podrían definir su salida en caso de que el tribunal considerara que hay elementos para seguir con la investigación.

Temer ya logró ganar tiempo el domingo con la cancelación de la reunión en la que el PSDB podría haber definido si salía del gobierno.

Y para abonar a su tranquilidad, el flamante nuevo presidente del PSDB, Tasso Jereissati, aseguró que su partido esperará a las conclusiones de la justicia para definirse.

Además de la investigación en el STF, Jereissati mencionó que su formación también está pendiente de la reanudación del juicio previsto a partir del 6 de junio en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de una denuncia que podría llevar a la anulación de las elecciones de 2014, en las cuales resultó reelecta la fórmula Rousseff-Temer.

Efectos de la bolsa

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Y mientras se debate entre bastidores, la nueva crisis política también amenaza con dificultar la salida de Brasil de la peor recesión de su historia.

Este lunes las acciones de JBS se hundieron en la bolsa de Sao Paulo, con un derrumbe del 31,34%, propiciando la caída de la bolsa en 1,54%.

La bolsa y el real ya se desplomaron el jueves, después de la revelación del escándalo. El presidente asegura que el Batista se lucró con ese caos al haber comprado 1.000 millones de dólares y vender parte de sus acciones de JBS el día antes.

La Comisión de Valores Mobiliarios (CVM) abrió cinco procesos administrativos contra el grupo de Batista por sospechas de manejo de información privilegiada en los mercados.

Ante la tormenta, Temer apela a la calma y espera aprobar esta semana alguna de las leyes que tenía en agenda en el Congreso para demostrar su fortaleza.

«Mantengo la la serenidad, especialmente sobre lo que ya dije: No renunciaré. Si quieren, derróquenme. Porque si renuncio, es un reconocimiento de culpabilidad», afirmó en la entrevista con Folha.

El mandatario acaba la charla con un apunte sorprendente, bromeando sobre los dos discursos recientes, de tono firme, que dio a la nación para declarar su inocencia.

«Creo que a la gente le gustó este nuevo modelito. Las personas pensaron… al fin, tenemos presidente», dijo Temer entre risas.