Los suizos aprobaron hoy en un referendo, por un pequeño margen, la prohibición de ocultar el rostro. Se trata de una iniciativa contra el islam radical para los impulsores, y xenófoba y sexista para sus detractores, que obtuvo el apoyo fragmentario de varios partidos del arco político del país europeo.

El texto, inicialmente propuesto por el partido populista de derecha UDC, fue apoyado en particular por feministas y una parte de los electores de la izquierda laica, y obtuvo 51,21% de los votos y de una mayoría de cantones, según los resultados oficiales publicados por el Gobierno federal hoy y reproducidos por la agencia de noticias AFP.

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Hasta ahora, 17 de los 26 cantones informaron que la medida fue aprobada ya que necesitaba de una mayoría tanto en el porcentaje de población como en el número de los distritos en los que está dividido el país.

Este resultado establece que la prohibición ahora debe incorporarse a la Constitución y se aplicará en restaurantes, tiendas y en espacios públicos.

Pese al resultado, la iniciativa de la UDC, partido que además quiere prohibir el uso del burka (velo integral) y otras formas no religiosas de ocultar el rostro, fue rechazada por varios partidos del espectro político suizo.

Desde la UDC habían argumentado que esta prohibición contribuiría a impedir atentados terroristas y otras formas de violencia, y facilitaría la promoción de la igualdad de género liberando a las mujeres que están «controladas, oprimidas y cautivas».

Este último argumento le valió el apoyo de grupos feministas.

El comité impulsor de la iniciativa aplaudió la victoria antiburka y Jean-Luc Addor, diputado de la Unión Democrática de Centro saludó a «todas las personalidades de izquierda y musulmanas que se han atrevido a comprometerse con esta iniciativa liberadora para las mujeres».

Asimismo, Addor estimó que el texto pudo reunir un amplio frente que va mucho más allá de las filas de la UDC.

«Algunos musulmanes entendieron que el niqab es una manifestación ostentosa del Islam radical», dijo.

Los suizos aprobaron en referéndum hace 12 años una propuesta, respaldada por la derecha para prohibir la construcción de nuevos minaretes, las torres de las mezquitas musulmanas desde donde se llama a rezar cinco veces al día.

En el centro de la campaña se situaba un controvertido cartel que mostraba a una mujer ataviada con un burka, con minaretes con forma de misil de fondo.